La gripe es
una enfermedad respiratoria contagiosa causada por el virus de la influenza. Se trata de un virus estacional que reaparece cada temporada de invierno con una forma diferente, que requiere de una nueva vacuna. La palabra gripe forma parte del lenguaje popular y no siempre se sabe que
es mucho más que un resfriado común.
Es un virus que tiene un amplio rango de impacto, dependiendo de a la persona que afecte: puede ser desde leve hasta mortal. La mayoría de los que desarrollen gripe se recuperarán sin secuelas. Pero la gripe también es una de las principales causas de enfermedad y muerte a nivel mundial, con un estimado de
3 a 5 millones de casos de enfermedad grave y entre 290.000 y 650.000 muertes por causas respiratorias al año.
Complicaciones respiratorias: neumonía (bacteriana o viral), bronquitis y síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA).
Infecciones bacterianas secundarias: infecciones de oído (otitis media), infecciones de los senos nasales (sinusitis) o infecciones de la piel.
Otras complicaciones posibles son:
Deshidratación,
dolores musculares,
convulsiones (en casos raros),
encefalitis (inflamación del cerebro) y
miocarditis (inflamación del músculo cardíaco).
También puede agravar enfermedades crónicas como el asma, enfermedad cardíaca, la diabetes y la enfermedad renal.
Entre los grupos poblacionales, algunos son más vulnerables ante la gripe, entre ellos: los niños pequeños menores de 5 años, adultos mayores de 65, mujeres embarazadas, personas con afecciones crónicas, y aquellas con sistemas inmunes debilitados.
Y particularmente los que no están vacunados contra la gripe.
La vacunación anual contra la gripe es esencial, ya sea para prevenirla o, en caso de infectarse, tener una forma leve de la afección. Lleva unas dos semanas que el organismo logre una inmunidad alta contra el virus, por lo cual se recomienda no vacunarse en medio de la temporada, si no un poco antes de que comience.
Salvo excepciones médicas específicas, todos deberían vacunarse anualmente contra la gripe, desde los 6 meses de vida en adelante.
La gripe es
más peligrosa para los adultos mayores por varias razones. Una de ellas es que el sistema inmunitario, que ayuda al cuerpo a combatir infecciones, se debilita a medida que envejece. Por otra parte, mientras el cuerpo está luchando contra la gripe existe más riesgo de que se contraiga una
infección secundaria como la neumonía. Otra razón es que las personas mayores también tienen mayor probabilidad de tener otras afecciones de salud, como la diabetes, que aumentan el riesgo de complicaciones por la gripe.
La inmunización protege del virus, reduce los casos graves, y también previene el ausentismo escolar y laboral, las
hospitalizaciones y muertes vinculadas a la influenza.
Fuentes consultadas: Organización Mundial de la Salud, Organización Panamericana de la Salud, Centros para el Control y Prevención de Enfermedadesde EE.UU., Instituto Nacional del Envejecimiento de Estados Unidos.
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