La vida en el mundo digital puede ser gratificante y mucho más sencilla, aunque también puede ser agotadora. Muchos expertos alertan que la llegada de esta nueva forma de vida trajo nuevas patologías, como "el miedo a perderse algo" (FOMO, por sus siglas en inglés), un tipo de ansiedad social estrechamente vinculada con la vida digital.

El FOMO se asocia con distintos efectos negativos, como envidia, vanidad, soledad, estrés, ansiedad y pérdida de tiempo. Afortunadamente, como "contrataque" a esta situación ha surgido una tendencia que ha crecido en los últimos años, "el placer a perderse algo" (JOMO, por sus siglas en inglés).

Esta alude a la satisfacción o alegría de no participar en eventos sociales o actividades de moda. En cambio, se enfoca en el autocuidado y en disfrutar de los momentos de calma y las actividades que personalmente nos llenan y aportan a nuestra felicidad.

Aunque este concepto suena bien, puede ser difícil de concretar, ya que el mundo digital abarca una importante porción de nuestras vidas; pero no por ello es algo imposible.

Ten en cuenta los siguientes consejos para lograr una desintoxicación digital efectiva:

Muchas personas recurren a sus dispositivos cuando están aburridas o estresadas, como si fueran un "chupete" para adultos. Por ello, encontrar una alternativa para distraer la mente y ocupar las manos puede ser crucial durante una desintoxicación digital.

Dedicar tiempo a actividades como la lectura, pintura, escritura, e incluso cocina, favorece la creatividad, reduce la dependencia de la tecnología, promueve el aprendizaje y disminuye los niveles de estrés. Incluso existe evidencia que señala que quienes poseen un hobby reportan una mejor salud que aquellos que no lo tienen.

Limitar el tiempo frente a las pantallas puede mejorar la calidad del sueño, reducir la fatiga ocular y eventualmente aumentar la productividad. Esto puede lograrse creando espacios o estableciendo momentos sin dispositivos, por ejemplo:

No usar el celular durante la primera hora del día y la última, antes de dormir.

Activar funciones como "Tiempo en pantalla" (iOS), "Bienestar digital" (Android) o extensiones de navegador para limitar el uso de redes o apps durante ciertos horarios.

Informar a tu entorno cercano que estarás desconectado durante ciertos momentos del día.

Recuerda dedicar unos minutos al final del día o la semana para reflexionar cómo funcionaron esos límites, qué tan difíciles resultaron y cuáles pueden ser los próximos pasos para seguir. Hacer pequeños ajustes constantes es clave para sostener el hábito.

Los humanos somos seres sociales, y, de hecho, herramientas como el correo electrónico, mensajes de texto, o las redes sociales ofrecen formas de "facilitar" nuestras conexiones sociales, pero esto no significa necesariamente "mejorarlas".

Durante una desintoxicación digital es importante reforzar los vínculos sociales sin "mediación tecnológica", ya que esto fomenta una conexión más auténtica y profunda entre las personas.

Al compartir tiempo en persona se activan canales de comunicación no verbal como el lenguaje corporal, las miradas o los silencios, que enriquecen la interacción y fortalecen la empatía. En contraste, las relaciones mantenidas a través de redes sociales suelen tender a una mayor superficialidad e inmediatez.

Durante una desintoxicación digital, el ejercicio físico no solo actúa como una alternativa saludable al uso de dispositivos, sino que también potencia los efectos positivos de la desconexión.

Esto se debe a que la actividad física estimula la liberación de endorfinas, dopamina y serotonina, neurotransmisores clave en la regulación emocional, que contribuyen a mitigar la ansiedad o el síndrome de abstinencia digital.

Además, realizar ejercicio o actividades al aire libre, refuerza la conexión con el entorno real, fomenta la atención plena y reduce la sobrecarga cognitiva provocada por la hiperconectividad.

Aunque para muchos pueda significar una herramienta que ayuda a dormir, las pantallas no son sinónimos de un sueño reparador. El experto en neurociencia y sueño, Matthew Walker, señala que la luz azul emitida por dispositivos electrónicos interfiere con la producción de melatonina, la hormona del sueño.

Por ello, lo mejor es optar por crear una rutina, que consista en dormir y despertarse a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana, evitar estimulantes antes de dormir, como cafeína o nicotina, y crear un ambiente propicio para el sueño, es decir, oscuro, fresco y tranquilo.

En el entorno acelerado de hoy, encontrar un momento para hacer una pausa puede parecer casi imposible. Muchas personas experimentan privación de soledad, lo que significa que a menudo no tienen momentos para estar a solas con sus propios pensamientos.

Practicar meditación, atención plena, respiración consciente o yoga puede ser fundamental durante una desintoxicación digital. Estas técnicas ayudan a calmar la mente, reducir el estrés y reconectar con el momento presente, contrarrestando los efectos de la sobreexposición a pantallas y notificaciones constantes.

Recuerda, en última instancia, la desintoxicación digital debe verse como un recorrido, no como un objetivo que una vez completado puede darse por satisfecho.

Los expertos aseguran que un detox digital exitoso a menudo deja a las personas con una sensación de introspección y curiosidad, que los invita a mantener ese nuevo estilo de vida, o encontrar formas de readaptarlo a su rutina y hacerlo sostenible.

Este artículo fue producido por Tomás Vicente, periodista especializado en Salud.