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Enfermedades infecciosas
Fiebre amarilla, la vacuna es la mejor prevención contra esta infección
20 de mayo 2025
Tiempo estimado de lectura: 4m
Vacuna contra la fiebre amarilla, la mejor prevención contra la infección

Getty Images

Los mosquitos que transmiten la fiebre amarilla pican durante el día y se reproducen en ámbitos domésticos, cerca de casas o fábricas, y en bosques o selvas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a esta infección como “una gran amenaza”, ya que existe el riesgo potencial de que se propague por todo el mundo, representando un desafío para la seguridad sanitaria mundial.
La entidad también indica que, al momento, hay 13 países de América Central y del Sur, y 34 de África, en los que la enfermedad es endémica, en todo el territorio o en algunas regiones.
La fiebre amarilla es prevenible mediante vacunación, una opción segura y asequible.
Otras medidas para prevenir la fiebre amarilla son el control del vector, la forma en la que se denomina al mosquito en la jerga de salud pública, y que involucra generalmente a individuos pero también a comunidades o gobiernos locales; y el uso de mosquiteros que representan una barrera física eficaz contra la picadura de insectos.
La vacuna contra la fiebre amarilla se recomienda desde los nueves meses en adelante, para personas que viven en zonas donde circula este mosquito, o viajan a lugares de riesgo.
Normalmente, una sola dosis de la vacuna es segura y proporciona protección de por vida contra la fiebre amarilla.
Algunas personas pueden tener un mayor riesgo de desarrollar una reacción a la vacuna.
Siempre hay que consultar con un profesional de salud sobre la decisión de vacunarse.
La vacuna es una forma viva y debilitada del virus. Para la mayoría de las personas, una sola dosis inmuniza contra la fiebre amarilla proporcionando protección duradera y no se necesita una dosis de refuerzo.
Sin embargo, quienes viajen a zonas con brotes en curso pueden considerar recibir una dosis de refuerzo de la vacuna si han pasado 10 años o más desde la última vez que se vacunaron.
Síntomas y pronóstico
El periodo de incubación de la fiebre amarilla es de tres a seis días. Muchas personas no experimentan síntomas. Algunos síntomas comunes son:
  • fiebre
  • dolor muscular
  • dolor de cabeza
  • pérdida de apetito
  • náuseas o vómitos
En la mayoría de los casos los síntomas desaparecen en tres o cuatro días.
Un pequeño porcentaje de pacientes entran a las 24 horas de la remisión inicial en una segunda fase, más tóxica. Vuelve la fiebre elevada y se ven afectados varios órganos, generalmente el hígado y los riñones.
En esta fase son frecuentes la ictericia (color amarillento de la piel y los ojos, hecho que ha dado nombre a la enfermedad), el color oscuro de la orina y el dolor abdominal con vómitos. Puede haber sangrado por la boca, nariz, ojos o estómago. La mitad de los pacientes que entran en la fase tóxica mueren en un plazo de siete a diez días.
Tratamiento
No hay un medicamento antiviral específico para la fiebre amarilla. Los pacientes deben guardar reposo, mantenerse hidratados y consultar con un médico. Dependiendo de las manifestaciones clínicas y otras circunstancias, los pacientes pueden ser enviados a casa, ser derivados para su manejo en el hospital o requerir tratamiento de emergencia y derivación urgente. El tratamiento para la deshidratación, la insuficiencia hepática y renal y la fiebre mejora los resultados.
Historia epidemiológica
Desde 1970, la fiebre amarilla ha resurgido como una amenaza para la salud pública en las Américas. La enfermedad es endémica en territorios y regiones de 13 países y territorios de América Central y del Sur (Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guayana Francesa, Guyana, Panamá, Paraguay, Perú, Surinam, Trinidad y Tobago y Venezuela), causando brotes y muertes.
En 2014, el virus se propagó más allá de la cuenca amazónica. Algunos atribuyen esta propagación a cambios en los mosquitos y en los humanos.
En 2025, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) emitió una alerta epidemiológica sobre la fiebre amarilla en las Américas debido al reciente aumento de casos humanos confirmados en varios países de la región y a un cambio en la distribución geográfica de la enfermedad. Este aumento se ha observado durante los últimos meses de 2024 y las primeras semanas de 2025.
Mientras que en 2024 los casos se concentraron principalmente en la región amazónica, en 2025 la enfermedad comenzó a extenderse a áreas fuera de esta zona.
Fuentes consultadas: Organización Mundial de la Salud, Organización Panamericana de la Salud, World Mosquito Program, Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, National Pesticides Information Center.
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