Usualmente se los conoce como “bacterias buenas”, que ayudan a mantener
un balance de la flora intestinal, lo que derivaría en beneficios para la salud digestiva y general.
Los microbios del tracto intestinal inferior ayudan a digerir los alimentos, combatir las bacterias dañinas y regular el sistema inmunitario. Sin embargo, a veces se produce un
desequilibrio microbiano que provoca diarrea y otros problemas de salud. Los probióticos restablecen ese balance necesario en el sistema digestivo.
Pero más allá de este beneficio, aún se sabe poco sobre el rol que los probióticos cumplen en el organismo humano.
Se están llevando a cabo
múltiples investigaciones para responder a esa pregunta. El sitio
clinicaltrials.gov de los Estados Unidos, que recopila todos los estudios científicos a nivel mundial, enumera más de 2.100 estudios (algunos en curso, otros completados) sobre el papel de los probióticos en la mejora de la salud.
Por ejemplo, uno de ellos investiga al probiótico como
potencial aliado antihipertensivo.
Si te interesan los probióticos y consideras incorporarlos activamente en tu dieta, es importante saber algunas cosas:
Los probióticos se comercializan en varias formas, una de ellas es los suplementos. Pero éstos no están aprobados por el organismo regulador de alimentos y drogas de Estados Unidos (FDA), que no supervisa la producción de suplementos. Esto significa que no tienen el mismo control de calidad que otros productos regulados.
Algunos alimentos contienen probióticos como los yogures, el kimchi, los pickles. Pero, de nuevo, no está regulada la cantidad de probióticos que deben contener para que el organismo sienta un beneficio real. Esto implica que pueden promocionarse como alimentos “ricos en probióticos” pero no informar la cantidad que contienen.
Su consumo siempre debe discutirse con un proveedor de atención médica.
La FDA recomienda
no dar alimentos con probióticos a bebés o niños pequeños ya que pueden resultar perjudiciales para la salud.
Y los prebióticos, ¿qué son?
No se trata de un error gramatical. Los prebióticos son
fibras y compuestos no digeribles que sirven selectivamente como alimento para los probióticos y otras bacterias intestinales beneficiosas. Sin prebióticos, los probióticos no pueden alimentarse ni prosperar en el
microbioma, el conjunto de gérmenes que naturalmente vive en el cuerpo humano.
Algunos ejemplos de alimentos que contienen prebióticos son: cereales integrales, ajo, plátanos, soja, verduras de hoja verde y alcachofas.
Los prebióticos no se digieren en el tracto gastrointestinal superior; en cambio, pasan al colon, donde son fermentados por las bacterias intestinales. Este proceso de fermentación produce ácidos grasos de cadena corta, que ayudan a nutrir y favorecer el crecimiento de las bacterias beneficiosas.
Todos estos microorganismos promueven la buena salud en general, y particularmente del sistema digestivo.
Fuentes consultadas: Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA), Harvard Health, Informe Universidad de Florida, Instituto Nacional de Ciencias del Medio Ambiente de EE.UU., Clínica Mayo, Universidad Johns Hopkins.