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Obesidad, por qué es la principal enemiga de las enfermedades no transmisibles
28 de abril 2025
Tiempo estimado de lectura: 6m
Obesidad y enfermedades no transmisibles

Getty Images

Una nueva revisión bibliográfica halló que el 70% de las enfermedades no transmisibles (ENT) tienen una asociación documentada con la obesidad.
El trabajo profundizó en el conocimiento de la relación epidemiológica y fisiológica entre la obesidad y algunas de las ENT más comunes.
La meta, dicen los investigadores, es poder prevenir estas afecciones reduciendo la carga de obesidad. Todas ellas representan una de las principales causas de muerte y discapacidad a nivel mundial.
Una asociación relevante
La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que las ENT causan 41 millones de muertes al año, lo que representa un 74% del total de muertes a nivel mundial. La alta incidencia, combinada con un alto costo acumulado del tratamiento, genera una enorme carga financiera para los sistemas de salud y el desarrollo económico mundial: se calcula un gasto total estimado de 30 mil millones de dólares a nivel mundial entre 2011 y 2030.
Las enfermedades no transmisibles son la principal causa de muerte en América Latina y el Caribe, representando aproximadamente el 81% de las muertes en la región para 2030. Las principales incluyen enfermedades cardiovasculares, cánceres, diabetes y enfermedades respiratorias crónicas.
Las causas de las ENT varían, pero, generalmente son una combinación de predisposición genética y factores relacionados con el estilo de vida. Esto se conoce como un estado “obesógeno”: factores de riesgo dietéticos y metabólicos, sumado a poca actividad física.
El sobrepeso y la obesidad, definidos por la OMS como un IMC ≥30, son resultado de un desequilibrio en la ingesta y el gasto energético.
Si el desequilibrio calórico es crónico, provoca estrés adipocítico y, en consecuencia, inflamación y fibrosis del tejido adiposo. Si no se controla, esta inflamación local se propagará a otros órganos y afectará a todo el cuerpo (un proceso también conocido como "metainflamación"), con consecuencias sistémicas perjudiciales, como resistencia a la insulina e hiperglucemia, niveles elevados de triglicéridos en sangre, niveles bajos de LDL e hipertensión.
Una revisión de la literatura de cada ENT incluida en el estudio Global Burden of Disease 2019 mostró una asociación positiva con la obesidad para 71 de 95 trastornos (74,7%).
La siguiente es una mirada sobre la relación entre aquellos más frecuentes, comenzado por los trastornos digestivos. (son extractos del estudio, editados por una cuestión de espacio y claridad).
Esteatosis hepática y cirrosis. La esteatosis hepática asociada a disfunción metabólica (MASLD), que antes se conocía como enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD), se caracteriza por la acumulación excesiva de grasa en el hígado. Si no se trata, puede conducir a una insuficiencia hepática. La sobrenutrición es la principal causa de MASLD, y la obesidad o el sobrepeso es uno de los cinco criterios cardiometabólicos para su diagnóstico. La prevalencia de MASLD en pacientes con sobrepeso y obesidad ronda el 70‑75%.
Enfermedad inflamatoria intestinal. Los principales tipos de enfermedad inflamatoria intestinal son la colitis ulcerosa (CU) y la enfermedad de Crohn (EC). Ninguna de estas enfermedades tiene una causa conocida, y si bien los síntomas típicos (dolor abdominal, diarrea, fiebre y pérdida de peso) son similares, se trata de enfermedades con etiologías diferentes. La EC se caracteriza típicamente como un trastorno inflamatorio crónico, mientras que la CU se considera una enfermedad autoinmune. Los datos obtenidos del trabajo prospectivo Nurses’ Health Study II revelaron una asociación significativa entre la obesidad y la EC, y otros estudios han demostrado una evolución clínica más rápida en pacientes con sobrepeso en comparación con los grupos de control. El impacto de la obesidad en el desarrollo de la EC parece ser más pronunciado cuando la obesidad aparece a una edad temprana.
Pancreatitis. Los cálculos biliares son uno de los factores de riesgo más comunes de pancreatitis aguda y son la causa principal de la enfermedad en el 38 % de los pacientes. Dado que la obesidad (especialmente la obesidad central) es un factor de riesgo importante para el desarrollo de cálculos biliares, también aumenta el riesgo de pancreatitis aguda. Sin embargo, otras consecuencias de la obesidad son factores de riesgo independientes para la pancreatitis aguda. La hipertrigliceridemia, común en pacientes obesos, puede causar directamente pancreatitis aguda, mientras que la diabetes tipo 2 aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad. Además, se ha demostrado que la obesidad aumenta la gravedad de la pancreatitis aguda independientemente de la causa.
Otras afecciones
Diabetes. La diabetes tipo 2 es la comorbilidad más común en la obesidad: la obesidad grave conlleva un riesgo de por vida de desarrollarla del 70‑75%. Además, el 80% de los pacientes con diabetes tienen obesidad. Los mecanismos precisos detrás de su desarrollo son poco claros, pero la evidencia sugiere una combinación de al menos tres factores: (1) aumento de la resistencia a la insulina debido a la inflamación crónica del tejido adiposo y la desregulación de la secreción de adipocinas; (2) aumento de la gluconeogénesis hepática; y (3) disfunción de las células β pancreáticas.
Cardiopatía isquémica y accidente cerebrovascular. El Nurses’ Health Study identificó la obesidad como un factor de riesgo independiente significativo para la enfermedad coronaria en mujeres de mediana edad de Estados Unidos; y un metaanálisis posterior ha demostrado resultados similares en grandes cohortes de hombres y mujeres en otras regiones del mundo.
Ateroesclerosis. La obesidad y la aterosclerosis están estrechamente relacionadas al compartir una causa principal: la sobrenutrición. La sobrenutrición crónica conduce a un aumento de las concentraciones de lipoproteínas que derivan con el tiempo en depósitos mayores de colesterol.
Cáncer colorectal. El cáncer colorrectal (CCR) ocupa el tercer lugar en prevalencia de cáncer y el segundo como causa de muerte por cáncer a nivel mundial [33]. Un aumento de peso corporal de 10 kg aumenta el riesgo de desarrollar CCR en un 8%. Tanto el aumento de peso en la edad adulta como la obesidad en la infancia temprana aumentan significativamente el riesgo de CCR.
Abordar el problema
La obesidad es la principal causa de ENT, y está vinculada a las ENT con graves consecuencias. El espectro de enfermedades que afecta es amplio y abarca a las communes, en todas las poblaciones.
Por lo tanto, concluye el trabajo, es fundamental abordar la obesidad, y existe una necesidad urgente de terapias farmacológicas. Los nuevos fármacos basados en incretinas, como Ozempic, han tenido un éxito enorme, alcanzando niveles casi comparables a los de la cirugía bariátrica. Sin embargo, se consideran fármacos "eternos", aquellos que requieren un uso prolongado o indefinido para mantener el efecto deseado. El término destaca la posible necesidad de un tratamiento continuo, lo que puede generar preocupación por los efectos secundarios a largo plazo y la posibilidad de recuperar el peso si se suspende el medicamento.
Por eso, los investigadores concluyeron que se necesitan urgentemente otros enfoques novedosos para tratamientos alternativos y sinérgicos.
Esta historia se produjo utilizando contenido de estudios o informes originales, y de otras investigaciones médicas y fuentes de salud, y salud pública, destacadas en enlaces relacionados a lo largo del artículo.
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