La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta sobre una desproporcionada cantidad de
procedimientos de cesárea en América Latina. La entidad recomienda que las cesáreas no superen el 15% del total de partos del país, y que se realicen solo cuando son médicamente necesarias. En la mayoría de los países de la Región, el porcentaje supera al 20%, con el máximo de más de 49% en Ecuador y Chile, y de 55.5% en Brasil.
El número de cesáreas
ha aumentado de manera consistente en las últimas décadas, a nivel mundial.
A pesar de sus beneficios comprobados en la reducción de la mortalidad materna e infantil cuando se realiza con indicación médica, la cesárea
no está exenta de riesgos para la madre y el bebé, por lo que se necesita una evaluación médica cautelosa para justificar el procedimiento teniendo en cuenta las consecuencias.
Se han realizado varios estudios epidemiológicos para evaluar el impacto de la cesárea en la salud materna e infantil. Y las conclusiones indican que el aumento de la tasa de césareas no se refleja en una mejora de la salud de la madre y el bebé.
De hecho, se cree que el aumento de la tasa de cesáreas más allá de los valores esperados tiene un papel contribuyente significativo en el rápido aumento de la frecuencia de
enfermedades no transmisibles (ENT) en todo el mundo. Aunque el vínculo con estas enfermedades sigue siendo controversial, los estudios epidemiológicos han observado que el parto por cesárea está asociado con un mayor riesgo de desarrollar ENTs como asma, alergia alimentaria, diabetes tipo 1 y obesidad.
Los científicos se han planteado la hipótesis de que los bebés nacidos por cesárea tienen una fisiología neonatal alterada debido a
diferentes exposiciones hormonales, físicas, bacterianas y médicas en comparación con los nacidos a través de un parto natural.
Si no se ponen en marcha acciones para frenar el aumento, se estima que de los estimados 38 millones de nacimientos que ocurrirán en 2030,
un tercio será por cesárea. El fenómeno paralelo que se observa es la enorme disparidad que pesa sobre este procedimiento: la tasa es demasiado baja en poblaciones de países pobres que necesitan la cesárea, y demasiado alta en poblaciones de países ricos que no la necesitan.
La OMS indica que los beneficios del parto natural, y cuándo las cesáreas se deben recomendar, deben ser conocimientos que tengan todos los médicos, más allá de su campo de ejercicio. Si bien el especialista natural para tratar el embarazo y parto es el ginecólogo‑obstetra, una embarazada puede “entrar” por primera vez al sistema de salud, en diferentes momentos de su embarazo, a través de médicos de atención primaria, otros especialistas e incluso profesionales de salud en salas de emergencias.
Parece haberse olvidado que la cesárea es un procedimiento quirúrgico que se realiza para facilitar el parto del bebé a través de una incisión realizada en el abdomen de la madre. Y que se recomienda solo en aquellas situaciones en las que el parto vaginal normal puede suponer
riesgos para la madre, el bebé o ambos.
Entre ellas:
Si se ha tenido una cesárea en el pasado u otras cirugías en el útero (aunque depende de cada caso el médico y la madre pueden decidir por el parto natural).
Si hay problemas con la placenta, como placenta previa, que pueden causar sangrado peligroso durante el parto vaginal. La placenta crece en el útero y suministra al bebé alimento y oxígeno a través del cordón umbilical.
Si se tiene una infección, como VIH o herpes genital. Se pueden transmitir estas infecciones a su bebé durante el parto vaginal, por lo que una cesárea es más segura para su bebé.
Si se tiene una afección médica que pueda hacer que el parto vaginal sea riesgoso, como diabetes o presión arterial alta.
Si se trata de un embarazo múltiple, de mellizos o más.
Si el bebé es muy grande.
Si el bebé no tiene la cabeza hacia abajo para la fecha de parto.
Si se ha sufrido prolapso del cordón umbilical. Esto es cuando el cordón umbilical se desliza hacia la vagina antes que el bebé.
Si el bebé está en peligro, cuando no está recibiendo suficiente oxígeno o que su ritmo cardíaco puede no ser regular.
Hace ya casi una década, la OMS presentó
una declaración sobre el aumento de los procedimientos de cesárea. Entonces destacó que, de no presentarse complicaciones médicas, el embarazo y trabajo de parto debe seguir su curso natural, y no debe programarse para insertarlos en una agenda. Entre los
beneficios del parto natural se encuentran:
Beneficios del parto vaginal para la mamá:
Beneficios del parto vaginal para el bebé:
Menos riesgo de sufrir afecciones respiratorias
Sistema inmune más fuerte
Más probabilidades de aceptar la leche materna
Aunque se cree que el principal factor tras el aumento de cesáreas es el económico, un procedimiento quirúrgico es más redituable que un parto,
un estudio clave publicado en Estados Unidos una década atrás indagó en razones epidemiológicas que pueden explicar las tasas elevadas históricas de césareas, entre ellas:
Los investigadores enfatizan en la necesidad de apoyar a las mujeres para que puedan tomar decisiones informadas junto con sus doctores sobre sus embarazos y partos.
Esta historia se produjo utilizando contenido de estudios o informes originales, y de otras investigaciones médicas y fuentes de salud, y salud pública, destacadas en enlaces relacionados a lo largo del artículo.