Los médicos están viendo
un aumento desconcertante de casos de cáncer de apéndice en personas de entre 30 y 40 años. Se trata de una forma de cáncer muy rara, con una muy baja incidencia.
Al apéndice se lo define como un “órgano residual”. No se sabe que función tuvo en el pasado lejano, pero sí que se volvió inservible con la evolución de la anatomía humana.
Incluso para los oncólogos era algo inusual diagnosticarlo. Y si ocurría, era en adultos mayores. Sin embargo, la edad de diagnóstico ha bajado dramáticamente: ahora
uno de cada tres casos se presenta en personas de menos de 50.
En Estados Unidos ha habido poco más de 4.800 casos de cáncer entre 1975 y 2019, y la edad de los pacientes ha ido disminuyendo de manera consistente con los años hasta cuadruplicarse en adultos jóvenes.
El apéndice es una pequeña bolsa con forma de dedo
adherida al intestino grueso. Todavía la ciencia discute si tiene alguna funcionalidad, pero es más conocido por causar apendicitis, una inflamación dolorosa que a menudo requiere cirugía de emergencia. (En la foto de arriba se puede ver en rojo, en el borde izquierdo del intestino grueso)
Lo que es menos conocido es que el cáncer puede desarrollarse en el apéndice, generalmente sin ninguna señal de advertencia.
Si bien las cifras generales aún son pequeñas (el cáncer de apéndice afecta a solo unas pocas personas por millón cada año), el rápido aumento es sorprendente. Aún más notable es que aproximadamente uno de cada tres casos se presenta ahora en adultos menores de 50 años, una proporción mucho mayor que la observada en otros tipos de cáncer gastrointestinal.
Aunque los científicos tratan de entender el por qué de este cambio epidemiológico, lo han comenzado a relacionar con el aumento de las tasas de obesidad: se sabe que el exceso de peso es un factor de riesgo asociado al desarrollo de cáncer.
De hecho, las dietas que contienen
alimentos ultraprocesados, bebidas con alto contenido de azúcar y carnes rojas se asocian con la mayoría de las formas de cáncer, en especial los que afectan al sistema digestivo.
No ayudan a prevenirlo el consumo excesivo de alcohol y el tabaco.
Desafortunadamente, no hay pruebas de detección para el cáncer de apéndice, como existen para otros tipos de cáncer. Y sus síntomas pueden o bien no detectarse o confundirse con afecciones cancerosas en otras partes del cuerpo, lo que también causa que se detecte de forma tardía.
Con el aumento de casos, expertos piden estar atentos a síntomas abdominales persistentes o inusuales, especialmente la persona es menor de 50 años, y consultar con el médico. La detección temprana y el tratamiento oportuno pueden marcar una diferencia significativa en los resultados.
Este fenómeno del aumento del cáncer de apéndice se alinea con una tendencia que se observa en otros cánceres: los de
colon y estómago también se están desarrollando más temprano en la vida.
Las razones de este cambio son complejas y probablemente involucran una combinación de genética, estilo de vida, entorno e incluso cambios en la microbioma intestinal humana (las bacterias intestinales que conviven con nosotros).
Expertos apuntan también al uso indebido de antibióticos, que puede alterar esta flora microbiana y disparar el desarrollo de células malas.
Fuentes consultadas: Annals of Internal Medicine, Clínica Mayo, Yale Medicine, USDA, Instituto Nacional del Cancer, The Conversation.