Imagínate esta situación, repentinamente empiezas a sentir miedo y malestar intenso que en pocos minutos alcanza su máxima intensidad. Sientes que tu corazón va rápido, que estás sudoroso, tienes una sensación de ahogo, molestias en el tórax, algo de mareo y miedo a morirte.
Lo primero que piensas es que pudiera tener un infarto, y recurres a una emergencia. Te evalúa un médico y te dice: “usted no tiene nada, el electrocardiograma esta normal, los exámenes de laboratorio sin alteraciones. Al final agrega: ‑esto pudiera ser un ataque de pánico ”.
Si este tipo de crisis se repiten en el transcurso del tiempo y se acompañan de miedo a volver a presentarla o temor a sus consecuencias, es probable que estés sufriendo de un trastorno de pánico .
Para hacer el diagnóstico de manera correcta el médico debe descartar cualquier enfermedad que pudiera explicar estos síntomas, por lo que examina al paciente e indica exámenes para descartarlas.
Un hipertiroidismo, una crisis de origen epiléptico con síntomas autonómicos, pudieran explicar estos síntomas. El consumo de algún medicamento o sustancia de uso ilícito también hay que considerarlo.
Algo importante para aquellas personas que sufren del trastorno de pánico es entender que lo que están sintiendo cuando presentan estos síntomas no es mentira, no es producto de su imaginación, es muy real, si tienen la taquicardia (aumento de la frecuencia cardiaca) y sí están sudorosos.
La clave del asunto está en que el origen está relacionado con el sistema nervioso central. El problema no está en el corazón o los pulmones. El trastorno de pánico se origina en el cerebro y entre sus causas un conjunto de factores biológicos y psicológicos están involucrados.
Cuando llega el paciente al especialista en salud mental es frecuente que ya haya sido visto por otros especialistas, esto debido a que los síntomas son generalmente de tipo físico, y no existe un desencadenante que explique su aparición.
Si alguno de los médicos piensa que puedes padecer el trastorno de pánico puedes tener la suerte de que seas orientado y referido a un psiquiatra. El abordaje del trastorno de pánico tiende a ser a varios niveles, la psicoterapia cognitiva conductual y algunos psicofármacos suelen ser efectivos en su tratamiento.
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