El dengue es una infección causada por un virus que portan los mosquitos de la especie Aedes Aegypti. Se trata de una afección endémica en muchas regiones del mundo, varias de ellas en Latinoamérica (lo que quiere decir que persiste en un lugar, sin poder erradicarse).
Hay miles de millones de mosquitos que portan el virus del dengue, y su población se reproduce cada día en miles de millones de lugares: pocetas, lagunas, el agua de las plantas, recipientes con agua estancada.
Los mosquitos se alimentan principalmente de néctar y jugos de plantas, pero las mosquitos hembras también necesitan sangre para reproducirse. Solo las hembras chupan sangre, y los humanos somos el blanco perfecto. Ellas transmiten el virus que causa el dengue.
Y, a diferencia de otras infecciones, hay cuatro tipos de virus de dengue y haberse infectado con un tipo no inmuniza contra los otros. Una
segunda infección, con un serotipo distinto, desencadena una catarata de complicaciones médicas que pueden llegar a ser fatales.
Los gobiernos nacionales y locales organizan estrategias para erradicar al mosquito a través de campañas de fumigación, que se intensifican en épocas de brotes y en zonas endémicas. Pero el esfuerzo individual es crítico para evitar la infección.
¿Cómo prevenir las picaduras de los mosquitos hembras?
La mejor manera de prevenir el dengue es protegerse de las picaduras de mosquitos. Y hay diferentes formas de lograr una protección casi total. Son:
Usar repelente de insectos
Los mosquitos son veloces y sutiles, si no se escucha el zumbido ya es tarde y ya nos picó. Por eso, una protección sobre la piel, y también sobre la ropa, suele alejarlos sin tener que estar pendientes. Pero no todos los repelentes tienen la misma eficacia. Hay una amplia variedad de marcas de aerosoles o cremas anti‑mosquitos, pero solo aquellos que contienen
ingredientes activos registrados por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, como dietil toluamida (DEET), p‑mentano‑3,8‑diol (PMD) o icaridina (también conocida como picaridina), han demostrado científicamente su eficacia.
Todavía los científicos debaten por qué el químico DEET funciona. Investigaciones han concluído que esta sustancia actúa sobre receptores específicos en las
antenas de los mosquitos y bloquea su capacidad para oler las sustancias químicas presentes en la piel de los humanos que los atrae. Otros trabajos proponen que esta sustancia química manipula el cerebro de los mosquitos
modificando sus receptores neuronales para que pierdan el deseo de picar a las personas.
Usar camisas y pantalones holgados de manga larga
Usar mangas largas y pantalones largos actúa como
una barrera que reduce la superficie de piel expuesta a los insectos, y puede disminuir eficazmente el riesgo de picaduras de mosquitos, lo que ayuda a prevenir el dengue. Cubrir la piel expuesta con mangas largas y pantalones minimiza la posibilidad de que los mosquitos se posen y piquen. Esto, combinado con el uso de repelente baja aún más el riesgo de picadura.
Limitar el tiempo al aire libre
Algunas personas nacieron para estar al aire libre, corriendo, organizando campamentos, o simplemente tomando sol, necesitan el verde para vivir. Pero no se trata de perder esos momentos sino de evitar aquellas horas en las que, dicen expertos, las mosquitos hembras buscan más intensamente el alimento, o sea, la sangre humana.
Los mejores momentos para evitar los mosquitos al aire libre suelen ser al mediodía, sobre todo cuando hay sol y mucha luz. Los mosquitos son
más activos al amanecer y al anochecer, así como a primera hora de la mañana y al anochecer, lo que hace que estos momentos sean menos propicios para las actividades al aire libre.
Además, la luna llena puede aumentar la actividad de los mosquitos, posiblemente hasta en un 500%, según algunos estudios.
Lo cierto es que los mosquitos no son activos de noche intencionalmente. La luz solar directa puede deshidratar a estas plagas voladoras, especialmente a los mosquitos jóvenes, a los que puede matar.
Los mosquitos también son más poderosos durante los meses cálidos, si hace mucho frío o hibernan o mueren.
La proliferación de mosquitos en áreas más frescas tiene que ver con un fenómeno tristemente conocido: el calentamiento global. Se prevé que el calentamiento global agrave la amenaza de las enfermedades transmitidas por mosquitos al expandir las poblaciones de mosquitos y su distribución geográfica. El aumento de las temperaturas acelera el desarrollo de los mosquitos, la tasa de picaduras y la incubación de patógenos en ellos, lo que podría extender la temporada de mosquitos dos meses o más, según un estudio de la
Universidad de Harvard.
Valorizar al mosquitero
Los mosquiteros, las telas que protegen camas y también se pueden colocar en gorros, son una estrategia de barrera adicional que no hay que dejar de lado. Pero es importante sellar bien el mosquitero, ya que los mosquitos pueden colarse a través de mosquiteros mal asegurados. Debido a que el insecto puede picar a una persona a través del mosquitero, la tela no debe tocar directamente la piel.
Evitar los reservorios de agua
Esto significa no mantener por ejemplo macetas o llantas en los que puede quedar agua estancada ya que en esos lugares los mosquitos proliferan felizmente. Y no imaginemos grandes recipientes de agua: los mosquitos pueden reproducirse en espacios muy chiquitos con agua, en donde las hembras colocan sus huevos.
Vacuna contra el dengue
La vacuna contra el dengue está aprobada para su uso en niños de 9 a 16 años con infección previa por el virus del dengue confirmada por laboratorio y que viven en zonas donde el dengue es endémico.
Los adultos deben ayudar a los niños a protegerse de las picaduras de los mosquitos, aplicando todas las medidas anteriores.
Aunque no se sientan enfermos, los viajeros que hayan estado en una zona con riesgo de dengue deben tomar medidas para prevenir las picaduras de mosquitos durante al menos tres semanas para no contagiar el dengue a mosquitos que podrían transmitir el virus a otras personas.
Los
síntomas del dengue suelen aparecer dentro de las 2 semanas posteriores a la picadura de un mosquito infectado.
Fuentes consultadas: Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, Scientific American, estudios científicos, MosquitoNix, Harvard News, Clínica Cleveland.