¿Es posible demorar el envejecimiento? Qué dice la ciencia 

29 jul. 2022

¿Es posible demorar el envejecimiento? Qué dice la ciencia

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Por primera vez en la historia, en 2020 la población mundial tenía más personas mayores de 65 años que menores de 5, y se proyecta que, para el 2100, la cantidad de personas mayores de 80 años se multiplique por seis. En parte debido a los avances en la medicina, la tecnología al servicio de la salud y la farmacología, que han logrado prolongar la esperanza de vida a límites que eran imposibles de imaginar pocas décadas atrás. 

América Latina refleja esta tendencia, aunque a un ritmo más lento que Estados Unidos y Europa: en la región el 8% de la población es mayor de 65, comparado con un 16.9% en EE.UU.; y 18% en el Viejo Continente. Sin embargo, este porcentaje se duplicará para 2050. 

Si bien vivir más tiempo no significa necesariamente que las personas gocen de buena salud y de las circunstancias para disfrutar de una vida más larga, los años adicionales que se van sumando a la esperanza de vida es algo para celebrar, aunque presente enormes desafíos. 

Cómo prepararse para alargar la juventud

Mientras la edad de la población aumenta, también aumenta el trabajo científico para entender este proceso biológico. Los expertos en medicina del envejecimiento sostienen que el proceso de envejecer no es inexorable ni está predeterminado, sino que puede ralentizarse e incluso revertirse mediante una variedad de enfoques. Estos incluyen la activación de las defensas del cuerpo contra el envejecimiento, la eliminación de células senescentes (células envejecidas pero que siguen activas y liberan sustancias dañinas que producen inflamación) y la reprogramación de células in vivo. Al hacerlo, se podrían tratar enfermedades raras y comunes, incluidas las enfermedades mitocondriales, la diabetes tipo 2, la enfermedad de Alzheimer, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer. 

Una teoría que ha ganado terreno es la relación entre el mal funcionamiento de las mitocondrias y el envejecimiento. Las mitocondrias son los cuerpos celulares que generan la energía que necesita una célula para funcionar bien. Si fallan, ocurre una reacción en cadena que daña el ADN, las grasas y las proteínas, y es entonces cuando el paso del tiempo empieza a sentirse en el cuerpo. 

Mientras estas y nuevas investigaciones avanzan en el ámbito de los laboratorios, los especialistas afirman que hay otros aspectos que las personas deberían trabajar seriamente, en aquellas habilidades del organismo interrelacionadas, que suelen deteriorarse de manera natural con el paso del tiempo. Por ejemplo: 

Masa muscular y coordinación. Culpable de caídas que pueden causar un grave deterioro de la salud, afecciones crónicas y hasta admisiones tempranas en hogares para adultos mayores, la pérdida de masa muscular, conocida en la jerga médica como sarcopenia, afecta a entre el 5 a 13% de las personas de entre principios de los 60 y fines de los 70 años, pudiendo elevarse hasta un 50% después de esa edad. Una de las causas más importantes de la reducción de la fuerza y ​​la coordinación es simplemente la falta de actividad física. Existe el mito de que está bien hacer progresivamente menos ejercicio a medida que una persona suma años. Pero la verdad es todo lo contrario. Entre las actividades que mantienen sanos los músculos están: 

Hombre caucásico jubilado con cabello de sal y pimienta en una clase de ciclismo
  1. Caminar más. Una simple caminata alrededor de la casa, de la cuadra, en el mercado, en un parque de manera consciente, tratando de hacer trabajar todos los músculos, incluidos los brazos, ayuda a fortalecer la masa muscular. Si este ejercicio se realiza a repetición logrará un efecto más perdurable. 
  2. Practicar ejercicios que ayuden con la fuerza, el equilibrio y la flexibilidad al menos dos horas por semana.  Tai-Chi, yoga o pilates permiten trabajar los músculos sin exponerlos a una tensión extrema, además de ayudar en otros aspectos de una mejor vida adulta como el balance, la capacidad respiratoria, la flexibilidad, y el estrés. 
  3. Mantener un peso saludable. El sobrepeso o la obesidad agregan tensión al complejo entramado muscular del cuerpo humano. En la medida de lo posible, incorporar alimentos saludables a la dieta ayudará a mejorar una diversidad de funciones orgánicas y a mantener un buen peso. 

Ojos y visión. El tiempo impacta en la calidad de los ojos y la visión. Se va perdiendo la habilidad de ver de cerca, de distinguir colores, como por ejemplo el azul del negro, de ver de noche o de adaptarse con rapidez a cambios en los niveles de luminosidad. Usualmente, estos problemas mejoran con anteojos o lentes de contacto, y utilizando la luz adecuada para el trabajo o las actividades de la casa. Además, esta lista puede servir como recordatorio para ayudar a los ojos a vivir una larga y saludable vida: 

  1. Proteger los ojos del sol con anteojos que bloqueen los rayos ultravioletas 
  2. No fumar  
  3. Comer sano  
  4. Mantener un buen nivel de presión arterial 
  5. Prevenir la diabetes, o manejarla de manera apropiada si ya fue diagnosticada. 
  6. Si se trabaja frente a una computadora por horas, ayuda mucho tomar un descanso cada 20 minutos para prevenir la fatiga visual. 

Memoria y función cerebral. Cuando se piensa en el envejecimiento, el cerebro es uno de los primeros órganos que aparecen en la mente. Mantenerlo activo es casi un lema universal para alejar los fantasmas de la vejez, mantener los recuerdos intactos, y prevenir afecciones como el Alzheimer. Otras recomendaciones son: 

  1. Mantener una buena salud cardiovascular, algo que ayuda a preservar la memoria 
  2. Tener una buena nutrición y actividad física regular 
  3. Permanecer mentalmente activo es particularmente útil para desafiar el cerebro,  aprendiendo nuevas habilidades y técnicas de memoria. 
  4. Manejar el estrés 

Sobre el estrés, hoy en día las personas mayores se enfrentan a enormes presiones, y todas ellas afectan la forma en que una persona envejece. El retiro, los ahorros reducidos por las crisis financieras, el aumento en los costos de la atención de salud, e incluso altas tasas de divorcios, ponen en riesgo la calidad de vida del adulto mayor. 

En parte un proceso natural de la evolución humana, en parte un logro de la ciencia, este crecimiento consistente de la población mayor ha generado un efecto dominó en el gasto en la atención del adulto mayor, desde las pensiones hasta la atención de salud, tensionando los sistemas sanitarios, especialmente en las regiones más vulnerables. En este marco, el trabajo conjunto de gobiernos y entidades comunitarias puede hacer una enorme diferencia en la calidad de vida del adulto mayor, ayudándolos a acceder a servicios de atención y a mantener un rol social en su comunidad, evitando uno de los peligros mayores de la vejez: el aislamiento de la vida social. 

Recuerde, siempre consulte con su médico o profesional de la salud para determinar las mejores opciones para su cuerpo y su salud y para responder cualquier pregunta que pueda tener sobre cualquier asunto médico.

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