El hábito de trabajar en un escritorio, pero de pie, ha ganado fuerza como una alternativa saludable. Sin embargo, estudios revelan que hay que hacer más que tipear parado para poder mejorar algunos signos vitales.
Una
investigación publicada en la revista de la Asociación Americana de Cardiología (AHA, por sus siglas en inglés) analizó el vínculo entre trabajar de pie y la presión arterial en un grupo de personas de entre 18 y 65 años con una medición de presión de normal a alta.
A un grupo le sumaron una hora al día de trabajo de pie y el otro trabajó sentado. Luego de tres meses, los científicos comprobaron que no había bajado la presión arterial en el grupo que se mantuvo más tiempo trabajando parado.
Otro trabajo indagó en el tiempo de trabajo de pie y la prevención de enfermedades cardiovasculares (ECV), y la conclusión fue similar al estudio de la AHA: no hubo signos de que este hábito laboral modificara el riesgo cardíaco. Este estudio fue más extenso: se realizó con 83.000 adultos. Se publicó en la
Revista Internacional de Epidemiología.
En sus conclusiones, esta investigación dice: “nuestros hallazgos indican que aumentar el tiempo de pie como una prescripción puede no reducir el riesgo de ECVs principales y podría aumentar el riesgo de
enfermedades circulatorias ortostáticas”.
Los expertos dicen que se necesitan más estudios sobre este hábito, y destacan que el hecho de que aún no se haya demostrado un efecto preventivo o reductor del riesgo no significa que haya que estar sentado sin hacer nada. De hecho, la actividad física ayuda a controlar muchos factores de riesgo de distintas afecciones, y especialmente a mantener el sistema musculoesquelético libre de contracturas y dolor.
La siguiente es una lista recopilada de distintos sitios especializados con tips para mantenerse en movimiento mientras se trabaja:
Tener recreos de caminatas. Interrumpir los largos períodos frente a una computadora o cualquier actividad que se realice sentado ayuda mucho a la circulación, y distensiona los músculos y las articulaciones.
Caminar mientras se habla por teléfono. De ser posible y si no hay que tomar notas, caminar durante una llamada de trabajo cumple el mismo objetivo del recreo, y si la conversación es larga, mejor.
Mover el cuello y los hombros. Rotar la cabeza y los hombros en círculos ayuda a enderezar la postura y desestructurarse.
Tratar de mover las piernas. Ya sea juntando las rodillas, o subiéndolas al pecho, cualquier movimiento ayuda a desafiar el sedentarismo.
Tomar conciencia de que hay que moverse. Se trata de un ejercicio mental: hay que reconocer la importancia de estos ejercicios esporádicos y tomar acción para mejorar los signos vitales e incluso perder peso.
El
entorno de trabajo puede ayudar mucho promoviendo estas acciones y, por ejemplo, no penalizando que el empleado esté alejado del escritorio por unos minutos mientras las realiza.
Fuentes consultadas: estudios científicos, CDC.