Cuantas veces escuchaste expresiones como "El desayuno es la comida más importante del día" o "Desayuna como un rey, almuerza como un príncipe y cena como un mendigo".
Conoce qué alimentos no pueden faltar a la hora de preparar el desayuno y cuáles debes evitar.
El desayuno proporciona energía y nutrientes esenciales e influye en el estado de ánimo y en el rendimiento físico y mental durante el día.
Incluso existen investigaciones que encontraron que el cuerpo asimila mejor los alimentos que tomamos en ayunas.
Para que una comida sea saludable debemos lograr un equilibrio entre los principales nutrientes: carbohidratos, proteínas, fibra y grasas.
Para mejores efectos estos deben ser de la mayor calidad posible. Esto se consigue con alimentos naturales o frescos en lugar de aquellos que son procesados. Estas son algunas opciones para cada tipo de nutriente:
Carbohidratos
Los carbohidratos se dividen en dos grandes grupos: los simples y los complejos. Generalmente los primeros suelen llamarse "malos" porque son de rápida absorción y proporcionan energía inmediata, mientras que a los segundos se los considera "buenos" porque tardan en ser absorbidos.
Sin embargo, muchos nutricionistas señalan que esta categorización no sería correcta, ya que ambos son necesarios para una alimentación equilibrada. Estos son alimentos de los que puedes obtener carbohidratos:
Avena.
Cereales integrales.
La mayoría de las frutas y sus jugos.
Lácteos.
Legumbres.
Miel.
Panes
Quinua.
Vegetales ricos en fécula (almidón), como brócoli, espinaca o papa.
Yogures.
Proteínas
Las proteínas son nutrientes que se pueden obtener de fuentes animales o vegetales. La proteína animal se considera de mayor calidad gracias a su rico nivel de aminoácidos esenciales.
Los nutricionistas recomiendan una mezcla adecuada entre ambas fuentes. Para lograrlo, puedes probar con estas opciones:
Carne magra, puede ser de pavo, vaca o pollo.
Frutos secos.
Huevo.
Lácteos.
Legumbres.
Pescados, como arenque, atún, bacalao, salmón o trucha.
Seitán ("carne vergetal" hecha de gluten de trigo, no recomendada para celíacos)
Semillas de soja.
Tempeh (derivado de la soja muy rico en proteínas vegetales)
Vegetales de hoja verde.
Fibra
La fibra es la sustancia responsable de que nos sintamos satisfechos, agregándole volumen a nuestra dieta y facilitando la digestión. Ten en cuenta estos alimentos a la hora de preparar tu desayuno:
Batatas.
Bayas.
Ciruelas.
Higos.
Manzanas.
Melocotones
Panes, pastas y cereales integrales.
Papas.
Plátanos.
Peras.
Semillas, como pistachos, almendras o pacanas.
Zanahorias.
Grasas
La grasa es una palabra que puede sonar negativa, pero es una gran fuente de energía y ayuda al cuerpo a absorber vitaminas.
Estas son opciones saludables que puedes incluir para obtenerla:
Aceite de oliva extra virgen o de coco.
Aguacates.
Frutos secos, como almendras, avellanas, castañas, nueces.
Huevos.
Queso.
Semillas de chía o girasol.
Yogur entero, o kéfir o búlgaros.
Qué debes evitar
Un desayuno saludable no se consigue solamente por los alimentos que incorporas sino también por aquellos que evitas.
Debes informarte sobre la cantidad de calorías, porciones y datos nutricionales de los alimentos, por ello, presta atención a las etiquetas de los productos que compras.
Los especialistas advierten que las comidas procesada , refinadas, fritas o azucaradas pueden tener efectos perjudiciales para la salud, más aún si se los consumes en ayunas. Estos son ejemplos de productos que debes evitar:
Bebidas azucaradas o energizantes.
Carne procesada, como salchichas, tocino, en conserva, en cecina, seca, en lata y preparaciones o salsas a base de carne.
Cereales azucarados.
Edulcorantes artificiales.
Hot cakes con miel artificial.
Jugos de fruta artificiales.
Masas.
Sal.
Yogures de sabores.
Evita los desayunos en cadenas de comida rápida.
El peligro de "saltearlo"
Existen profesionales que no están de acuerdo con que el desayuno sea la comida más importante del día.
Tim Spector, profesional del King's College London, explicó "cada uno tiene un metabolismo único, una genética y unos microbios intestinales muy distintos, por eso reaccionará de manera diferente ante los mismos alimentos. No hay que considerar las directrices estándar como una verdad absoluta".
Otra realidad muy común, sobre todo en adolescentes, es pasar por alto esta comida. Expertos de American Academy of Pediatrics (AAP ) explican que esto podría deberse a alteraciones en los hábitos de sueño, trastornos con el peso o rutinas aceleradas.
Por ello, recomiendan opciones para desayunos veloces como barras de granola, cereales o frutas secas, deshidratadas o frescas.