Es una realidad para muchos: no se puede dejar de beber por completo con tantos brindis y celebración. Por eso, expertos en conductas aseguran que no tiene sentido prohibir algo que, de una forma u otra, va a ocurrir. Lo que sí puede funcionar es proveer a la persona de una artillería de buenos consejos, algunos obvios, otros no, pero todos importantes a la hora del brindis y de la presión durante los festejos.
Se necesita refrescar todos los consejos para tenerlos “a mano” en la mente.
Antes de tomar
Comer primero. No hay nada más nocivo para la bebida que un estómago vacío. Conviene consumir aquellos alimentos altos en proteínas y
grasas saludables, ya que absorben el alcohol más despacio. Es decir, no vas a sentirte ebrio con la primera copa y te ayudará a tolerar mejor el consumo de alcohol, siempre que no sea sumamente excesivo.
Hidratarse es esencial. Hay que comenzar la tarde previa a la festividad con una buena
hidratación, porque el alcohol deshidrata y nunca es bueno para el cuerpo estar deshidratado. El agua es la mejor bebida para prevenir esto.
Comprométete a poner un límite. Haz un compromiso contigo mismo y decide con anticipación cuánto vas a tomar. Puede ser que te “traiciones” una vez, pero la segunda ya sentirás culpa y respetarás tu decisión.
Mientras estás bebiendo
Mantén un ritmo tranquilo. No bebas rápido, tómate tu tiempo, disfruta el trago. Ponte una meta: no bebas más de una copa por hora. Eso ayudará a tu organismo a no saturarse de alcohol y tener una reacción negativa, dentro y fuera de tu cuerpo.
Alterna tragos con agua. Bebe un vaso de agua o agua carbomatada entre bebidas, eso te ayudará a “diluir” el alcohol y a mantenerte hidratado.
Siempre, menos porcentaje de alcohol. Una cerveza o una copa de vino generalmente son mejores que shots de tequila o vodka.
Ten presente los tamaños de los tragos estándar: cerveza, 12 onzas; vino, 5 onzas; bebidas espirituosas, 1.5 onzas.
Bebe de a sorbos. No olvides la ecuación beber despacio = mejor control. No bebas todo el vaso de un trago. Aprende a disfrutarlo, que acompañe la conversación. Encontrarás un buen ritmo.
Elige bien tus bebidas
Simple y sin mezclar. Mejor los tragos con mucha agua carbonatada, limón o jugos naturales. Y trata de mantenerte con un solo trago o vino; las mezclas suelen ser explosivas.
Evita los tragos con mucha azúcar. No solo pueden alterar tu nivel de azúcar en sangre, sino que empeoran las
resacas.
Cuidado con los ponches festivos. Parecen inocentes, hechos por Papá Noel, pero son mucho más fuertes de lo que parecen.
Después de la fiesta
Nunca manejes si has bebido. Hoy en día hay muchas opciones para volver a casa sin ponerse al volante. Ténlas a mano. Y si hay alguien que es, como dicen en Estados Unidos, un
“conductor designado” para no beber y manejar a otros, mejor.
Bebe agua antes de acostarte. Lo mismo que durante la fiesta, te ayudará a estar hidratado. Come un refrigerio ligero si tienes hambre, pero no comas demasiado, no es aconsejable.
Descansa. Nada mejor para superar una noche de alcohol que un buen descanso. Evitarás dolores de cabeza, un mal día y, lo que es más importante, te sentirás mejor contigo mismo.
Y, una nota al pie, sabida pero necesaria. Si estás embarazada, tienes ciertas afecciones como diabetes o estás sufriendo alguna crisis de salud mental, o si tomas ciertos medicamentos,
no tomar alcohol es la opción más segura.