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Procedimiento
La ictericia neonatal es un problema común entre los bebés inmediatamente después de nacer. Es el resultado de la incapacidad del hígado del neonato para eliminar la bilirrubina, un producto de la degradación de los glóbulos sanguíneos, de la sangre. La ictericia neonatal por lo general es un trastorno leve de resolución espontánea. El tratamiento que se emplea con más frecuencia es la exposición a la luz fluorescente, en la cual se coloca al bebé debajo de una lámpara durante unas cuantas horas cada día. La luz azul descompone la bilirrubina en una forma que el hígado del bebé pueda procesar y eliminar.
Indicaciones
Con menos frecuencia, cuando la ictericia neonatal es más severa y la terapia con luz fluorescente es incapaz de descomponer toda la bilirrubina circulante, a menudo se lleva a cabo una exanguinotransfusión. Los niveles altos de bilirrubina en la sangre pueden llevar a ocasionar daño cerebral y otros problemas serios. En estos casos, la exanguinotransfusión es un procedimiento para salvar vidas, diseñado para contrarrestar los efectos de una ictericia severa, una infección o toxicidad. El procedimiento implica extraer gradualmente la sangre del bebé y reemplazarla con plasma o sangre fresca donada.
Las pautas para una exanguinotransfusión incluyen:
Enfermedad hemolítica del recién nacido (enfermedad del Rh)
Infección potencialmente mortal
Alteraciones graves en la química corporal
Efectos tóxicos de las drogas
Policitemia
Procedimiento
Se coloca al bebé boca arriba, usualmente bajo un calentador radiante. Se cateteriza la vena umbilical con un catéter lleno de líquido. El catéter se conecta a un equipo de exanguinotransfusión, incorporando sondas hacia y desde un recipiente de desechos y una bolsa de sangre donada. Éstas se conectan por medio de una llave de paso de cuatro vías, a la cual también se pega la jeringa utilizada para extraer y reponer la sangre del bebé.
La exanguinotransfusión continúa ahora en ciclos; cada uno de los cuales dura unos pocos minutos. Lentamente, se extrae la sangre del niño y se inyecta el plasma o sangre fresca precalentada. Después de la exanguinotransfusión, se puede dejar un catéter umbilical puesto, en caso de que se necesite repetir el procedimiento en unas pocas horas.