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Alimentación saludable
¿Podemos vivir sin tomar leche?
15 de octubre 2020
De aquéllos grandes tazones humeantes infaltables en las mañanas de varias generaciones, queda sólo el recuerdo. La gente toma menos leche, toma otros tipos de leche. ¿Quién debería tomar y por qué? La leche que no es de vaca ¿es leche? Conoce lo que dicen los principales organismos y expertos de nutrición sobre este tema.

Cambio de hábitos

De aquéllos grandes tazones humeantes infaltables en las mañanas de varias generaciones, queda sólo el recuerdo. La gente toma menos leche, toma otros tipos de leche. ¿Quién debería tomar y por qué? La leche que no es de vaca ¿es leche? Conoce lo que dicen los principales organismos y expertos de nutrición sobre este tema.

De aquéllos grandes tazones humeantes infaltables en las mañanas de varias generaciones, queda sólo el recuerdo. La gente toma menos leche, toma otros tipos de leche. ¿Quién debería tomar y por qué? La leche que no es de vaca ¿es leche? Conoce lo que dicen los principales organismos y expertos de nutrición sobre este tema.
Los estadounidenses están bebiendo mucha menos leche que antes. Ahora una persona promedio bebe 18 galones (64 litros) al año, mientras que en la década del ‘70 la cifra era de 30 galones al año (113 l.). Han crecido las dietas libres de leche, y las empresas inundan las góndolas con leche de otros tipos.
Proporcionan un paquete de nutrientes clave: los productos lácteos son ricos en calcio, proteínas, potasio y fósforo. Contienen más calcio, proteína, magnesio, potasio, zinc y fósforo por caloría que cualquier otro alimento típico encontrado en la dieta de los adultos.
Se dice que la espinaca tiene tanto calcio como la leche. La espinaca cocida contiene 115 mg de calcio por porción, pero sólo el 5% se absorbe. Por lo tanto, mientras que el consumo de 1 taza de leche aporta 100 mg de calcio absorbido, se necesitan 16 porciones de espinaca para igualar esa cantidad de calcio.
Las leches de almendras, de coco, de soya, de cáñamo, pistacho, nuez de macadamia, girasol, etc., se promocionan como más saludables. Pero en 2016, 32 miembros del Congreso, escribieron una carta a la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) para aclarar que las bebidas a base de plantas deben buscar otro nombre, alegando que "la regulación de la FDA define la leche como algo que proviene de una glándula mamaria”
Al consultar las fuentes autorizadas oficiales sobre las guías alimentarias, encontramos que se impone el consenso a favor de la leche. Ésta sigue conservando su halo mágico y también sus derivados, que suman sus “poderes” y aportan numerosos nutrientes. Cada grupo de edad, según expertos, la necesitan por algo, pero todos deben consumirla.
La cantidad depende de la edad. El Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) recomienda la siguiente tabla. Niños de 2 a 3 años: 2 copas de leche al día, de 4 a 8 años: 2 copas y ½ y de 4 años en adelante: 3 copas al día, hasta la ancianidad. A continuación, conoce por qué la leche parece ser un alimento irreemplazable y qué beneficios aporta a cada grupo de la población.
La importancia del calcio para el crecimiento óseo es evidente incluso antes del nacimiento. Las dietas ricas en calcio en las embarazadas se asocian con huesos más fuertes hasta los 6 a 9 años del niño. Es decir, las futuras madres que consumen leche, promueven la salud ósea de su hijo.
Durante la infancia, los productos lácteos son importantes para el crecimiento y la salud ósea, y para tener dientes sanos. En los niños que están creciendo, evitar la leche a largo plazo se asocia con menor estatura, menor masa mineral ósea y un mayor riesgo de fracturas antes de la pubertad.
El consumo de productos lácteos es especialmente importante para la salud ósea durante la adolescencia, cuando se produce el desarrollo y se está construyendo masa ósea que luego se pierde en la edad adulta. Consumiendo lácteos se gana altura, contextura muscular y densidad ósea, y disminuye el riesgo de fracturas.
Además de mantener la salud de los huesos, las dietas ricas en potasio pueden ayudar a mantener la presión arterial saludable. Los productos lácteos, especialmente el yogur y la leche líquida, proporcionan mucho potasio.
La ingesta de productos lácteos se asocia con un menor riesgo de enfermedad cardiovascular y diabetes tipo 2, y con menor presión sanguínea en adultos. Y en las mujeres posmenopáusicas, las que consumen productos lácteos tienen mejor densidad en todos los huesos del cuerpo, con menos riesgo de fractura y de osteoporosis.
El consumo adecuado de calcio y proteínas en la dieta son esenciales para lograr una máxima robustez de masa ósea durante el período de crecimiento esquelético, para prevenir la pérdida ósea y evitar la debilidad al llegar a la vejez.
Centro Nacional de Información Biotecnológica de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA), Administración de Drogas y Alimentos de EE.UU. (FDA).
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