El dolor agudo forma parte de un sistema protector del organismo que actúa como una señal de alerta ante un daño presente o inminente, según la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP por sus siglas en inglés). Pero para muchas personas, el dolor puede persistir durante semanas o incluso meses, causando sufrimiento innecesario e interfiriendo en la calidad de vida.