Generalmente, estas dos afecciones no suelen asociarse, pero estudios coinciden con que la artritis reumatoide (AR) puede relacionarse con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.
Una
investigación publicada en The Lancet Rheumatology analizó este vínculo y destacó que "la AR y la gota (dos enfermedades inflamatorias de las articulaciones con diferentes causas subyacentes) se asocian con un aumento del riesgo de enfermedad cardiovascular de entre el 50 y el 70 % en comparación con la población general".
Los expertos sostienen que esto se debe a que la inflamación crónica de la AR daña los vasos sanguíneos, provocando una acumulación de placa en las arterias. La placa en las arterias puede estrechar los vasos sanguíneos y bloquear el flujo de la sangre, lo que aumenta el riesgo de afecciones tales como infartos o accidentes cerebrovasculares (ACV).
Sin embargo, la inflamación no es el único vínculo entre la AR y las enfermedades cardíacas, distintos trabajos hallaron otros factores de riesgo, que incluyen:
Hipertensión: un
estudió señaló que la inflamación de la AR se puede relacionar con una presión arterial más alta.
Obesidad: la
Arthritis Foundation señala que los dolores articulares asociados con la AR pueden dificultar el ejercicio, causando esto un aumento de peso.
Dislipidemia: las personas con AR suelen tener alteraciones en los niveles de colesterol, como un aumento del colesterol LDL (popularmente conocido como "malo") y una disminución del colesterol HDL (conocido como "bueno"). Esto aumenta el riesgo de aterosclerosis y de sufrir un afecciones cardiovasculares.
Fumar: esto puede empeorar la inflamación en la AR y con esto, aumentar el riesgo de afectar los vasos sanguíneos, provocando la acumulación de placa.
Síndrome metabólico: esta afección es dos veces más común en personas con AR en comparación con personas que no tienen AR, según informa la Arthritis Foundation. El síndrome metabólico es un conjunto de síntomas que incluye otros factores de riesgo que aumentan la probabilidad de sufrir enfermedades cardíacas, como niveles altos de azúcar en sangre, colesterol y presión arterial.
La buena noticia, es que existen y se pueden incorporar distintas medidas para reducir este riesgo. Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (
CDC) sugieren los siguientes consejos:
Mantener una dieta equilibrada y sostenible, rica en vegetales, frutas, legumbres y cereales integrales
Realizar al menos 150 minutos de ejercicio aeróbico por semana
Mantener un peso saludable
Evitar fumar o, de ser posible, dejar de fumar
Controlar cualquier afección de salud como la AR, diabetes, hipertensión o niveles elevados de colesterol, que pueda aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas
Tomar medicamentos (siempre en caso de ser necesario, recomendado y supervisado por un profesional de la salud).
Este artículo fue producido por Tomás Vicente, periodista especializado en Salud.
Fuentes consultadas: Arthritis Foundation, Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE. UU., estudios científicos.