La rodilla es una de las articulaciones más complejas, aunque también de las más expuestas, por lo que se convierte en un punto muy vulnerable y propenso a sufrir lesiones.
Afortunadamente, la naturaleza dispone de un amplio arsenal de hierbas y alimentos con efectos analgésicos y antiinflamatorios que te ayudarán a aliviar las molestias en la zona.
Muchas veces, la rodilla puede dolernos por golpes o malos movimientos realizados durante la actividad diaria o el ejercicio, aunque existen otros factores de riesgo:
Tener sobrepeso u obesidad.
Beber alcohol y fumar en exceso.
No estirar correctamente antes o después de hacer actividad física.
Sufrir trastornos degenerativos, como artrosis u osteoporosis.
Llevar una mala alimentación.
Dependiendo el tipo de malestar, como inflamación o rigidez, puedes optar por diferentes opciones para hallar alivio:
Aplicación de hielo o calor.
Realizar entrenamiento acuático, tai chi o terapia física.
Practicar ejercicios de flexión, como estocadas.
Recurrir a la terapia cognitiva conductual o a la acupuntura .
Tras consultar a un profesional de la salud, se pueden usar analgésicos o medicamentos tópicos, aparatos ortopédicos, como férulas o mangas de neopreno, e inyecciones.
Si bien el dolor de rodilla es común, deberás consultar a un médico si:
No puedes soportar peso en la rodilla.
Tienes dolor intenso, incluso cuando no estás soportando peso.
La rodilla se dobla o bloquea.
La rodilla se muestra desfigurada.
Tienes enrojecimiento o calor alrededor de la zona de la rodilla, o inflamación, entumecimiento, hormigueo o coloración azulada.
Si el malestar es leve, puedes probar las siguientes opciones naturales :
Alimentos e infusiones para cuidar las rodillas
Investigaciones recientes hallaron que muchas hierbas, especias y alimentos que normalmente tenemos en la cocina esconden un gran potencial analgésico, muchas veces comparado al de medicamentos comunes, como el ibuprofeno.
En algunos casos ya existía una larga tradición de su uso para aliviar los dolores, como ocurre con la cúrcuma y el jengibre .
Estas raíces han sido utilizadas desde hace miles de años para tratar y prevenir enfermedades inflamatorias, como la artritis, e investigaciones recientes observaron efectos positivos de su uso para reducir el dolor de rodillas en pacientes con artritis, el muscular producto de esfuerzos excesivos, y la inflamación general.
Aunque una forma sencilla de incorporar sus beneficios es utilizándolo como condimentos de tus platillos, puedes preparar infusiones hirviendo media cucharadita de polvo de cada raíz en dos tazas de agua, y agregar miel para potenciar sus efectos.
La cúrcuma y el jengibre son dos populares antiinflamatorios naturales. | Foto: Getty Images.
Otras opciones que se muestran beneficiosas gracias a sus efectos analgésicos y antiinflamatorios son:
Cerezas: por su riqueza de antocianinas.
Ajo: por la presencia de capsaicina.
Piña: por sus compuestos antioxidantes.
Aceite de pescado: por su contenido de ácidos grasos Omega 3 que bloquean la producción de leucotrienos (mediadores de la inflamación) y citoquinas (proteínas liberadas por las células inmunes en respuesta a las lesiones).
Si tienes debilidad por las infusiones también tenemos buenas noticias para darte, ya que muchas hierbas se han vinculado con una disminución del dolor de rodilla:
Romero .
Cola de caballo.
Salvia.
Reina de los prados.
Árnica.
Sauce blanco.
Incluso tu compañero de todas las mañanas, el café , es útil contra el dolor, ya que la cafeína tiene efecto anestésico general, bloqueando a las sustancias encargadas de trasmitir la sensación de dolor de los músculos al sistema nervioso central.
Aceites esenciales para el dolor de rodilla
Otras hierbas pueden aprovecharse desde el uso tópico para aliviar el dolor de rodilla. Tal es el caso del ungüento o aceite esencial de eucalipto , que es rico en cineol, un compuesto que alivia el dolor al disminuir la respuesta de los nervios del área donde es aplicado.
Otro es el clavo de olor, que, aunque comúnmente se usa para tratar el dolor de muelas, se puede aplicar sobre la piel.
El aceite de consuelda también se ha vinculado por muchos estudios (y una larga tradición de medicina natural) a una disminución en la intensidad de los dolores, posiblemente gracias a una sustancia química llamada alantoína.
Otros aceites esenciales beneficiosos son el de enebro, jengibre, menta, laurel y albahaca.
Precauciones
Nunca ingieras los aceites esenciales, y tampoco los uses directamente sobre la piel, ya que pueden causar irritaciones.
Lo correcto es diluir alrededor de 10 gotas en una cucharada de aceite portador (como el de oliva o almendra), para luego aplicar y masajear. También debes almacenarlos en recipientes oscuros lejos de la luz directa.
Prueba cubrir la cantidad de gotas combinando diferentes aceites esenciales.
Para recordar:
Hasta contar con evidencia científica significativa proveniente de ensayos en humanos, las personas interesadas en utilizar terapias a base de hierbas y suplementos deben tener mucho cuidado.
No abandones ni modifiques tus medicamentos o tratamientos, antes habla con el doctor sobre los potenciales efectos de las terapias alternativas o complementarias.
Recuerda, las propiedades medicinales de las hierbas y suplementos también pueden interactuar con los fármacos recetados, con otras hierbas y suplementos, e incluso alterar tu dieta.
Resumen
La evidencia científica muestra que muchas hierbas y alimentos tienen efectos analgésicos y antinflamatorios similares a la de medicamentos comunes, por lo que son especialmente útiles para combatir dolores comunes, como el de rodilla, sin sufrir efectos secundarios graves.
Algunos, como el jengibre, cúrcuma, ajo, o cerezas pueden comerse, otros, como sauce blanco, café y salvia pueden beberse en infusiones, mientras que otros como el laurel, eucalipto o menta, pueden aprovecharse por sus aceites esenciales.
Si el dolor persiste a pesar del uso de estas opciones o la aplicación de otro tipo de cuidados, la rodilla se bloquea, se muestra desfigurada o irritada, deberás consultar cuanto antes con un profesional de la salud.
Fuentes consultadas: Academia Estadounidense de Cirujanos Ortopédicos, Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Clínica Mayo, Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel.