La tiroides es una glándula endócrina con forma de mariposa que se encuentra en el cuello, arriba de la clavícula. Se encarga de controlar el metabolismo, la temperatura corporal y el procesamiento de las calorías.
Cuando el nivel de las hormonas tiroideas es anormal, se pueden padecer ciertos problemas de salud. Afortunadamente, existen hierbas y alimentos que ayudan a regularla. Conoce aquí cuáles son las mejores opciones.
¿Qué rol cumple la tiroides?
La glándula tiroidea elabora, almacena y libera dos hormonas: T4 (tiroxina) y T3 (triyodotironina), encargadas de controlar el metabolismo. Cuando la tiroides funciona correctamente el cuerpo mantiene un ritmo constante, es decir, ni demasiado rápido ni demasiado lento.
Estas hormonas surten su efecto lentamente y afectan muchos procesos, como el crecimiento y desarrollo, obtención de energía de los alimentos, función sexual, reproducción e incluso el estado de ánimo.
La tiroides, a su vez, es controlada por la glándula pituitaria (que se halla en el cerebro). Esta se encarga de elaborar la hormona estimulante de la tiroides (abreviada en inglés, TSH), la cual le indica cuanta producción hormonal es necesaria.
Cuando no hay suficiente hormona tiroidea en sangre, se reduce el ritmo del metabolismo, afección que se conoce como hipotiroidismo (tiroides con actividad deficiente). Sus síntomas aparecen lentamente, es decir, podrías tener la enfermedad y no presentar ningún malestar por meses o años.
La tiroides es una glándula que se encuentra en el cuello. | Foto: Getty Images.
Sus principales síntomas son: debilidad, aumento de peso, falta de apetito, cambio en los períodos menstruales, poco deseo sexual, sensación de frío, estreñimiento, dolores musculares, hinchazón alrededor de los ojos, uñas quebradizas y caída del cabello.
En cambio, si hay demasiada hormona tiroidea en sangre, se acelera el metabolismo, lo que se conoce como hipertiroidismo (tiroides con actividad excesiva).
Entre sus señales más comunes se encuentra: agotamiento, pérdida de peso, nerviosismo, latidos acelerados, aumento en la sudoración, sensación de calor cuando los demás no lo sienten, cambio en los períodos menstruales, evacuaciones intestinales más frecuentes, temblores y ojos saltones.
Prueba las siguientes hierbas para regular y cuidar la tiroides:
Jengibre
Desde hace miles de años el jengibre es muy apreciado por sus propiedades, que permiten usarlo con fines gastronómicos y medicinales.
Para este caso destacamos la presencia de zinc, uno de los minerales más importantes en el cuerpo y que juega un papel esencial en la función de la hormona tiroidea.
Aunque la evidencia científica es escasa, existen estudios que vincularon el consumo regular de jengibre con una mejoría de los síntomas del hipotiroidismo.
Ginseng
En medicina natural el ginseng coreano (Panax ginseng), que no debe confundirse con el siberiano (Eleutherococcus senticosus) o el americano (Panax quinquefolium), se usa para regular la tiroides y tratar los problemas metabólicos que origina su mal funcionamiento.
Los investigadores sostienen que esto puede deberse a que sus principios activos son capaces de reducir el exceso de inflamación y optimizar la liberación hormonal para evitar complicaciones.
Valeriana
La Valeriana officinalis, popularmente llamada valeriana , es una planta de la cual se aprovechan sus rizomas, raíces y estolones, por sus propiedades sedantes.
Existe evidencia científica que vincula su consumo con una mayor relajación el sistema nervioso, ayudando a controlar los problemas de sueño que se producen como consecuencia de los síntomas del hipo e hipertiroidismo.
Hierba de San Juan
La hierba de San Juan , también llamada hipérico o corazoncillo, es una planta asociada al tratamiento de los síntomas del hipotiroidismo, cansancio, falta de energía, decaimiento y depresión.
Se cree que esto es posible gracias a que posee compuestos antioxidantes que le permiten actuar sobre el organismo, impactando en la salud física, mental, química y hormonal.
Desde la medicina tradicional también se utiliza la hierba de San Juan para combatir el insomnio, falta de apetito, nerviosismo, y sofocos.
Puedes aprovechar los beneficios de la hierba de San Juan, bebiéndola en infusiones. | Foto: IStock.
Ten en cuenta que todas las hierbas anteriormente desarrolladas pueden aprovecharse en infusiones. Puedes preparar cualquiera de ellas vertiendo una cucharadita del polvo u hojas de estas hierbas en 250 o 300 ml de agua hirviendo.
Deja reposar alrededor de 10 minutos, cuela y bébelas entre dos y tres veces por día.
Otras opciones para regular la tiroides
Muchos minerales son útiles para favorecer el correcto funcionamiento de la tiroides, entre ellos se destaca, además del zinc, el yodo, cobre, hierro y selenio. Puedes encontrarlo en alimentos como acelga, carnes magras, cereales integrales, espinacas, frutos secos, huevos, pescados, semillas, y champiñones, entre otros.
Las crucíferas (brócoli, col, coles de Bruselas, rábanos, y coliflor) se aconsejan para controlar el hipertiroidismo, aunque pueden ser contraproducentes para el hipotiroidismo. Esto se debe a la presencia de unos compuestos llamados goitrógenos, que interfieren en la producción de hormonas tiroideas.
Consulta al médico sobre la tiroides
Para el diagnóstico de enfermedades de la tiroides, los médicos recurren al historial clínico, un examen físico y pruebas para la tiroides, y, en algunos casos, pueden optar por una biopsia.
El tratamiento dependerá del problema que originó el hiper o hipotiroidismo, pero suelen incluir medicamentos, terapia con yodo radiactivo o cirugía de tiroides.
Para recordar:
Hasta contar con evidencia científica significativa proveniente de ensayos en humanos, las personas interesadas en utilizar terapias a base de hierbas y suplementos deben tener mucho cuidado.
No abandones ni modifiques tus medicamentos o tratamientos, antes habla con el doctor sobre los potenciales efectos de las terapias alternativas o complementarias.
Recuerda, las propiedades medicinales de las hierbas y suplementos también pueden interactuar con los fármacos recetados, con otras hierbas y suplementos, e incluso alterar tu dieta.
Fuentes consultadas: Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Clínica Mayo, Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos, Oficina para la Salud de la Mujer en el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU.