La faringitis es la inflamación de la parte posterior de la garganta, llamada faringe. Generalmente aparece a causa de una infección previa, como el resfriado o la gripe.
Menos frecuente, la faringitis puede originarse por una bacteria (estreptococo), y, en ese caso, se trata con antibióticos.
El síntoma es el mismo dolor de garganta, aunque también puede venir acompañado por dolor de cabeza y musculares, erupción en la piel e inflamación de los ganglios linfáticos en el cuello.
Aunque no hay un tratamiento específico para la faringitis o dolor de garganta, se pueden tomar ciertas medidas para aliviar la molestia hasta que el virus desaparece:
Beber líquidos suaves. Pueden ser calientes, como té con limón y miel, o líquidos fríos, como agua helada. También se puede chupar un helado con sabor a frutas.
Hacer gárgaras varias veces al día con agua tibia con sal (1/2 cucharadita o 3 g de sal en 1 taza o 240 mL de agua).
Chupar pastillas para la garganta. (Estos productos no deben administrarse a los niños pequeños porque se pueden ahogar).
Usar un vaporizador o un humidificador puede humectar el aire y aliviar una garganta seca y dolorosa.
Probar con analgésicos de venta libre, como paracetamol o ibuprofeno.
Es importante comunicarse con el médico si el dolor de garganta persiste por varios días o no va mejorando. También si se presenta fiebre y dificultad para respirar.
Se debe charlar con el doctor antes de consumir cualquier medicina natural para esta afección.
Fuentes consultadas: Biblioteca Nacional de Medicina, NIH, Johns Hopkins.