El cuidado de la piel siempre es un hábito importante, pero cobra mayor relevancia para las personas con diabetes.
Conoce aquí por qué, cuáles son los problemas de la piel más comunes entre las personas con diabetes, cómo prevenirlos y qué cuidados se deben tener en cuenta.
¿Por qué la diabetes afecta la piel?
La sensibilidad reducida y los problemas de circulación que provoca la diabetes pueden favorecer la aparición de afecciones cutáneas y dificultar su detección.
Las personas que viven con diabetes también pueden experimentar una mayor pérdida de líquido corporal debido a los niveles altos de glucosa en sangre. Esto causa resequedad en las piernas, manos, y codos, entre otras partes del cuerpo.
Cuando surgen grietas o fisuras en la piel, los gérmenes son más propensos a ingresar y causar infecciones, que, si no se controlan apropiadamente, pueden derivar en complicaciones graves, como úlceras del pie diabético o amputación.
Problemas de la piel asociados a la diabetes
Entre los problemas cutáneos vinculados a la diabetes, los más comunes son:
Acantosis nigricans: causa el oscurecimiento y engrosamiento de la piel. A menudo, aparecen áreas de piel bronceada o morena, a veces ligeramente elevadas, a los lados del cuello, las axilas y la ingle.
Bullosis diabeticorum: son ampollas que pueden aparecer en los dedos, manos, dedos de los pies, pies, piernas o antebrazos. Generalmente, son indoloras y se curan por sí solas.
Dermopatía diabética: ocurre por daños en los vasos sanguíneos y provoca manchas escamosas de color marrón claro o rojo, normalmente en la parte delantera de las piernas. Estas no duelen, no forman ampollas, ni pican, tampoco requieren tratamiento.
Esclerodermia diabeticorum: provoca un engrosamiento de la piel en la parte posterior del cuello y la parte superior de la espalda.
Esclerosis digital: la piel de los dedos se vuelve gruesa, cerosa y tirante. También puede producir rigidez en las articulaciones.
Granuloma anular diseminado: provoca erupciones rojizas o marrón‑rojizas en los dedos, manos y pies, pero también puede ocurrir en el tronco. No suele requerir de tratamientos.
Infecciones por bacterias: existen diferentes tipos: ántrax (infecciones profundas de la piel y el tejido subyacente), forúnculos (infecciones de los folículos pilosos), u orzuelos (infecciones de las glándulas de los párpados). Las áreas involucradas suelen estar calientes, hinchadas, rojas y dolorosas, y se tratan con antibióticos.
Infecciones por hongos: Candida albicans es responsable de muchas de las infecciones por hongos que afectan a las personas con diabetes. Provoca erupciones rojas que pican, a menudo rodeadas de pequeñas ampollas y escamas.
Necrobiosis lipoidica diabeticorum: la piel afectada se vuelve amarilla y de apariencia cerosa, a menudo con un borde de color púrpura. A veces produce picazón y es dolorosa, pero mientras las llagas no se rompan no es necesario el tratamiento.
Prurito: es un picor que puede tener muchas causas, como candidiasis, piel seca o flujo sanguíneo deficiente. Los pies suelen ser la parte del cuerpo más afectada.
Reacciones alérgicas: es importante que las personas con diabetes busquen erupciones o protuberancias en las áreas donde se inyectan insulina.
Vitiligo: es una afección en la que las células que producen el pigmento (sustancia que controla el color de la piel) se destruyen. Esto da como resultado parches de piel descolorida. Suele afectar los codos, rodillas y manos, aunque puede localizarse en el rostro.
Xantomatosis eruptiva: se caracteriza por protuberancias firmes y amarillas, rodeadas de halos rojos que pueden causar comezón. Normalmente, se encuentran en los pies, brazos, piernas, glúteos y dorso de las manos.
Cómo cuidar la piel
Los cuidados de la piel que las personas con diabetes deben tener en cuenta no difieren de aquellos que cualquier otra persona tiene que llevar adelante. Sin embargo, algunos consejos extra pueden serte útiles para disminuir el riesgo de problemas:
Lava con un jabón neutro suave.
Limita los productos que usas en la piel para disminuir las posibilidades de tener una reacción.
Mantente hidratado para que la piel mantenga su fuerza y elasticidad.
No te bañes con agua muy caliente y evita las duchas prolongadas. Los baños de burbujas también pueden ser perjudiciales, especialmente si usas detergentes o jabones con efectos abrasivos.
Protege la piel del sol en verano usando protectores solares, mientras que en invierno cubre las zonas expuestas a las bajas temperaturas con guantes, gorros o botas abrigadas.
Recurre a zapatos y calcetines especiales si tiene neuropatía diabética (un tipo de daño neurológico que puede ocurrir por la diabetes y provoca entumecimiento de las piernas).
Seca muy bien entre los dedos de los pies, debajo de los brazos o en cualquier otro pliegue o lugar donde el agua pueda esconderse.
Si te cortas, trata la herida cuanto antes, lavándola con agua y jabón. Se aconseja evitar usar productos como alcohol o yodo, ya que pueden tener efectos bruscos sobre la piel. En su lugar, consulta al médico por cremas o ungüentos antibióticos.
Usa bálsamo labial para prevenir los labios agrietados.
Usa loción humectante para mantener la piel suave y húmeda.
Use ropa interior holgada, de ser posible 100% algodón, para mantener una buena circulación de aire.
Vigila cualquier mancha seca o roja en la piel. Si la piel seca es persistente, consulta a un profesional de la salud.
La diabetes se puede prevenir
Aunque la incidencia de la diabetes en la población es cada vez mayor, y es una de las principales causas de mortalidad de este siglo, los expertos insisten en resaltar que es una enfermedad prevenible. Para eso, ten cuenta los siguientes consejos:
Aliméntate correctamente: suma a tu dieta alimentos con un bajo índice glucémico (una medida que indica la rapidez con que un alimento puede elevar el nivel de azúcar en sangre), ricos en minerales, vitaminas, fibra y antioxidantes. Por ejemplo, brócoli, frutos del bosque, kale, kiwis, legumbres, manzanas, pescado, semillas o uvas. A su vez, evita los productos azucarados, refinados, salados o procesados.
Realiza actividad física: el ejercicio cumple una doble función para prevenir la diabetes : aumenta el consumo de glucosa por parte del organismo, a la vez que estimula las fibras musculares, favoreciendo el transporte de azúcar al interior de las células.
Si ya tienes diabetes o prediabetes, es importante que controles frecuentemente tus niveles de glucosa para prevenir cualquier complicación, incluidos los problemas de la piel.
Fuentes consultadas: Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, Clínica Cleveland, Clínica Mayo, Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel.