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Gripe y resfriados
Consejos para la temporada de influenza
22 de octubre 2020
Es importante que sepas que, si aún no te has vacunado, todavía estás a tiempo de hacerlo y prevenir esta enfermedad. Sin embargo, si ya padeces una gripe, aquí te presentamos una serie de consejos sencillos que te ayudarán a que los síntomas sean menos severos, y puedas protegerte y a los demás:

Es importante que sepas que, si aún no te has vacunado, todavía estás a tiempo de hacerlo y prevenir esta enfermedad. Sin embargo, si ya padeces una gripe, aquí te presentamos una serie de consejos sencillos que te ayudarán a que los síntomas sean menos severos, y puedas protegerte y a los demás:

Es importante que sepas que, si aún no te has vacunado, todavía estás a tiempo de hacerlo y prevenir esta enfermedad. Sin embargo, si ya padeces una gripe, aquí te presentamos una serie de consejos sencillos que te ayudarán a que los síntomas sean menos severos, y puedas protegerte y a los demás:
¿Sabías que algo tan sencillo como lavarse las manos con frecuencia puede salvar más vidas que muchas intervenciones médicas? Según informan los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), es una de las formas más económicas y eficaces de prevenir la gripe y cientos de otras enfermedades contagiosas, como por ejemplo el nuevo coronavirus.
Los CDC también aconsejan la vacunación contra la influenza para las personas que aún no lo hicieron. Los profesionales de la salud señalan que los proveedores pueden optar por administrar cualquier vacuna contra la influenza que esté aprobada y que sea adecuada para la edad del paciente (IIV, RIV4 o LAIV4).
Todas las personas, a partir de los seis meses de edad, deben vacunarse. Esta es la única forma de prevenir la gripe. Los CDC informan que es vital que se vacunen quienes padecen asma, diabetes y enfermedades pulmonares crónicas, además de las mujeres embarazadas y los mayores de 65 años.
Para poder luchar contra los gérmenes de la gripe, asegúrate de que tienes todos los suministros que necesitas: analgésicos y descongestivos, jabón y desinfectante para las manos, pañuelos descartables, termómetro, suficiente líquido para beber durante los días que te veas afectado por esta enfermedad, té de hierbas y alimentos saludables.
Se debe prestar especial atención a los síntomas de la gripe, que, aunque parecidos, no son iguales a los de un resfriado. Entre los principales se destacan: dificultad para respirar o falta de aire, dolor o presión en el pecho o abdomen, mareos repentinos, confusión, vómitos graves o persistentes, fiebre, agravamiento de la tos y dolor en el cuerpo.
Tu médico puede recetarte antivirales para prevenir complicaciones mayores de la gripe. En cuanto a los fármacos de venta libre, muchos contienen los mismos ingredientes activos. Por eso, si tomas varios a la vez, quizá superes la dosis recomendada de ciertos activos y obtengas resultados contraproducentes y dañinos.
El resfriado y la gripe son causados por virus, por este motivo es que no se recetan antibióticos (que combaten enfermedades causadas por bacterias). El Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU. recomienda tomar medicamentos de venta libre o remedios antivirales, sólo si las molestias no se reducen después de cuatro días con síntomas.
Si te han diagnosticado gripe, debes permanecer en tu hogar y seguir las recomendaciones del médico. No sólo te recuperarás más rápido, sino que evitarás contagiar a otras personas. Puedes tratar los síntomas de la gripe con o sin medicamentos, pero es importante tomar conciencia de que lo mejor es cortar la cadena de contagios.
Evita tocarte los ojos, nariz o boca, ya que los gérmenes se diseminan de esta manera. Otro punto importante es evitar el contacto con personas enfermas, cubrirte la nariz con un pañuelo al toser o estornudar, y arrojarlo a la basura. Dormir bien, practicar ejercicio y controlar el estrés también sería útil para mantener a la gripe alejada.
Existen muchas opciones naturales para hacer frente a esta enfermedad, por ejemplo, la miel es un expectorante que ayuda a eliminar las flemas y es útil para controlar las infecciones de la garganta, gracias a sus propiedades antisépticas. Las infusiones de sauco alivian el cuerpo cansado y bajan la fiebre, mientras que los cítricos y el té verde son una buena forma de fortalecernos.
En los últimos años muchas investigaciones comprobaron lo que muchas abuelas ya sabían: una sopa de pollo te hará sentir mejor porque sería capaz de reducir la congestión y lubricar la garganta, aliviando la irritación. Además, contiene compuestos químicos semejantes a los antigripales, que ayudan a sanar más rápido.
Recuerda, no debes limitarte sólo a los tés calientes. Bebe líquidos transparentes como agua, caldo y bebidas para deportistas que contienen sodio y previenen la deshidratación. Y, si tienes fiebre, coloca un paño frío y húmedo sobre la frente, brazos y piernas para disminuir la incomodidad que provoca.
Base exhaustiva de datos de medicamentos naturales, Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU. Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU., Flu.gov.
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