Las vacunas contra el sarampión han evitado la muerte de alrededor de 94 millones de personas, principalmente niños, en los últimos 50 años, según
un análisis de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Junto con las vacunas contra la polio y otras enfermedades, se estima que las vacunas han salvado 154 millones de vidas en todo el mundo.
Algunos escépticos de las vacunas sostienen que las enfermedades que previenen ya no son una amenaza porque se han vuelto relativamente poco frecuentes. Pero son menos frecuentes justamente gracias a las campañas de vacunación y a la inmunización infantil de rutina.
Relajar la vacunación y aumentar las exenciones para aquellos padres que no quieren vacunar a sus hijos, abre la puerta para el regreso de enfermedades que pueden resultar letales y que el mundo ha logrado reducir al mínimo o erradicar. Un ejemplo es
el brote en curso en Texas, Estados Unidos.
Las vacunas están entre las intervenciones de salud pública más estudiadas. En el siglo pasado, las vacunas han pasado por estudios científicos y ensayos clínicos masivos tanto en las fases de desarrollo como después, durante su uso generalizado.
Más de 12.000 personas participaron en los
ensayos clínicos de la última vacuna aprobada para prevenir el sarampión, las paperas y la rubéola. Al probar la vacuna en un gran número de personas, los investigadores pueden detectar riesgos poco comunes, lo cual es importante porque se administran a millones de personas sanas.
El costo‑beneficio de una herramienta masiva y económica como es la vacunación es enorme.
En 2024, la región de las Américas ha registrado
casos de sarampión, pero se considera libre de sarampión endémico, es decir el que permanece de manera constante.
En México, se han notificado 7 casos confirmados de sarampión entre la semana 1 y la semana 49 de 2024.
En la región de las Américas, se han notificado 389 casos confirmados de sarampión hasta el 8 de noviembre de 2024. Todos los casos fueron importados o relacionados con la importación.
Qué es el sarampión y cómo se propaga
El sarampión es
una enfermedad muy contagiosa, que se propaga muy fácilmente de persona a persona, causada por un virus. En algunos casos puede causar complicaciones graves, y hasta la muerte.
Se disemina por contacto con fluidos nasales, de la boca o la garganta de una persona infectada. El estornudo y la tos pueden lanzar gotitas contaminadas al aire. Si una persona tiene sarampión, el 90% de las personas que entran en contacto con esa persona contraerá sarampión, a menos que hayan sido vacunadas.
Las personas que tuvieron sarampión o que han sido vacunadas contra el sarampión están protegidas de la enfermedad. Hasta el año 2000, el sarampión había sido eliminado en Estados Unidos. Sin embargo, las personas no vacunadas que viajan a otros países donde el sarampión es común trajeron la enfermedad de regreso. Esto ha llevado a los recientes brotes de sarampión en grupos de personas que no están vacunadas.
Algunos padres no permiten que sus hijos sean vacunados. Esto es debido a temores infundados de que la vacuna triple vírica, que protege contra el sarampión, las paperas y la rubéola, puede causar autismo. Los padres y los cuidadores deben saber que:
Para lograr una inmunizacion de por vida, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC)
recomiendan dos dosis de la vacuna conocida como MMR:
Fuentes consultadas: Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), Departamento de Salud de Texas, estudios científicos, Fundación Nemours, Organización Mundial de la Salud (OMS), Organización Panamericana de la Salud (OPS).