Generalmente se usan aceites vegetales para cocinar y freír algunos alimentos, o se añade a ciertas preparaciones. Algunos son más saludables que otros, de ahí la importancia de conocer sus características y sus beneficios para la salud.
Diferencias entre el aceite de oliva y los aceites vegetales
Si bien ambos se utilizan para cocinar, es importante conocer sus diferencias y los usos recomendados.
Aceite de oliva
El aceite de oliva se extrae únicamente de aceitunas prensadas, siendo el aceite de oliva extra virgen la versión menos procesada y que tiene mayores
beneficios para la salud, ya que es rico en antioxidantes y compuestos antiinflamatorios como tocoferoles, carotenoides, polifenoles, vitamina E y vitamina K.
Revisa que se especifique en la etiqueta que sea aceite de oliva “extra virgen” o “virgen”.
Usos: como aderezo de ensaladas y pastas, salteado o para sazonar un pan.
Aceites vegetales: girasol, maíz, canola, soya y cártamo.
Los aceites vegetales requieren ser procesados para remover impurezas y crear una mezcla de sabor neutro. Sin embargo, suelen conservar trazas mínimas de nutrientes tras el proceso.
Usos: Para freír u hornear.
¿Qué aceite es más saludable?
Si bien tanto los aceites vegetales como el aceite de oliva contienen ácidos grasos no saturados, el aceite de oliva contiene mayor cantidad de grasas monoinsaturadas como ácido oleico, ácido linoleico y ácido palmítico. Las grasas monoinsaturadas tienen propiedades antinflamatorias y mayores beneficios para la
salud del corazón.Especialmente el extra virgen que es el menos procesado, ya que retiene más antioxidantes, vitaminas y minerales y tiene mayores beneficios para la salud.
Cambiar el aceite vegetal por el de oliva también puede ser beneficioso para la
salud cerebral, en especial en personas de edad avanzada.
Por otra parte, los aceites vegetales altamente procesados carecen de nutrientes que podrían encontrarse en las plantas utilizadas para fabricarlo. Además, son altos en ácidos grasos omega‑6 que consumirlos en exceso puede contribuir a la inflamación.
Este artículo fue producido por la licenciada en Nutrición Gloria Rabell.
Fuentes consultadas: Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU. (NLM).