Como padres solemos tender a resolver los problemas de nuestros hijos. Es el instinto de protegerlos. Pero expertos dicen que “saltar” sobre una crisis no ayuda a la formación del joven como persona capaz de enfrentar sus propios conflictos.
Esto ocurre no solo por la necesidad de sacarles de encima cualquier problema, sino porque a los adolescentes les cuesta pedir ayuda, y esa inacción desespera.
La verdad es que aunque estén creciendo físicamente hasta parecer adultos, los menores todavía no tienen todas las
herramientas de vida para entender muchas cosas, y los padres somos la primera línea de apoyo.
¿Cómo lograr que aprendan a pedir ayuda sin que piensen que es un gesto de debilidad? ¿Cómo pasamos del modo "arreglar" al modo "apoyar"?
Aquí tienes cinco consejos de especialistas en relaciones familiares, para afrontar estos momentos de aprendizaje que suelen ser muy emotivos:
1. No ofrezcas soluciones
Adopta un enfoque de entrenador (coaching). Haz preguntas en lugar de ofrecer soluciones. Esto permite que tu hijo adolescente forme parte del proceso de resolución del problemas. Por ejemplo, si tu hijo adolescente tiene conflictos con uno de sus profesores, podrías plantearle preguntas para que responda él mismo ¿cuál sería el siguiente paso que te haría sentir bien?" "¿por qué piensas que comenzó el conflicto?”
2. Ayúdalo a iniciar una conversación necesaria
Dale a tu hijo adolescente ideas para comenzar una conversación y que sepa cómo pedir ayuda. En los Estados Unidos se hace mucho énfasis en que el estudiante es su “propio defensor”, es decir que tiene que poder explicar qué le pasa y hasta confrontar, por ejemplo, al maestro si considera que ha sido injusto. Esto mismo se puede repetir ante otras situaciones de la vida. Frases posibles: "Lo siento, creo que te entendí mal...", "No me queda muy clara esa explicación...", "Creo que me perdí algo mientras tomaba notas..."
3. Habla sobre su propia autoridad
Enséñale que él es su propia autoridad. Una situación muy común entre teens es que suelen seguir las ideas de otros, que a veces no son las mejores, sin pensar en los riesgos. La necesidad de “pertenecer” es más fuerte que la señal de alarma. Conversar sobre las opciones para salir de una situación insegura, o de amigos que no convienen, puede ayudar a
reafirmar la seguridad en sí mismo.
4. Replantea la idea de "ayuda".
El apoyo es una necesidad personal y social. Tu hijo adolescente cree que debería poder hacerlo todo solo o que, al admitir que necesita ayuda, es débil. Recuérdale con delicadeza que la perfección no existe. Es poco realista. Lo predispone al fracaso.
Recibir apoyo lo prepara para el éxito. Ayúdalo a ver pedir ayuda como una fortaleza. En realidad, pedir ayuda es un acto de valentía. Saberlo le servirá muchas veces a lo largo de la vida.
5. Charla sobre la importancia de la inteligencia emocional
Todos necesitamos apoyo. Pedir ayuda no se trata solo de asistencia con una tarea; también se trata de
crecimiento emocional. Cuando los padres animan a sus hijos adolescentes a buscar apoyo, les ayudan a desarrollar habilidades cruciales de inteligencia emocional que les serán útiles en todos los ámbitos de la vida.
Los adolescentes con una inteligencia emocional sólida adquieren la capacidad de considerar otras perspectivas, experiencias y emociones, y luego utilizan esta información para comprender mejor por qué las personas se comportan como lo hacen.
Fuentes consultadas: Fundación Nemours, Kids Helpline, Impact Parents.