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Cómo hacer té de lavanda y cuáles son sus propiedades
15 de septiembre 2022
La lavanda es una planta ornamental por excelencia, aunque la ciencia dice que también puede ser aprovechada con fines medicinales, ya que posee muchos compuestos beneficiosos. Para disfrutar esas bondades se puede recurrir a sus aceites esenciales o productos cosméticos, sin embargo, hay otra opción efectiva que puedes incorporar: el té.

La lavanda es una planta ornamental por excelencia, aunque la ciencia dice que también puede ser aprovechada con fines medicinales, ya que posee muchos compuestos beneficiosos. Para disfrutar esas bondades se puede recurrir a sus aceites esenciales o productos cosméticos, sin embargo, hay otra opción efectiva que puedes incorporar: el té.

La lavanda es una planta ornamental por excelencia, aunque la ciencia dice que también puede ser aprovechada con fines medicinales, ya que posee muchos compuestos beneficiosos. Para disfrutar esas bondades se puede recurrir a sus aceites esenciales o productos cosméticos, sin embargo, hay otra opción efectiva que puedes incorporar: el té.
La lavandula es un género de plantas pertenecientes a la familia lamiáceas. Se registran más de 200 especies, aunque solamente 60 están aceptadas, que se caracterizan por un intenso olor y por tener flores lilas, azules, moradas o violetas. Suele aprovecharse con fines medicinales a partir de sus aceites esenciales, que se extraen de sus flores normalmente a través de la destilación al vapor.
Otra forma de disfrutar los beneficios de la lavanda es mediante su infusión. Este té se prepara con los cogollos de la lavanda, tanto seca como fresca. Tiene una importante concentración de minerales, puntualmente de hierro y calcio, de vitaminas, especialmente la A, y de compuestos antioxidantes. Por este motivo, se asocia su consumo con las siguientes bondades:
Los radicales libres son moléculas inestables, subproducto del metabolismo celular, que pueden afectar las estructuras celulares sana. De esta forma, aumentan el riesgo de enfermedades crónicas, envejecimiento prematuro, arrugas, e hinchazón, entre otros síntomas. El té de lavanda, por su rico contenido de antioxidantes, puede prevenir esas señales y cuidar la apariencia de la piel.
Diferentes investigaciones hallaron que el té de lavanda posee compuestos con propiedades calmantes, que lo convierten en una buena opción natural para combatir el estrés o la ansiedad. Esto se debe a que, al consumirlo, se liberan neurotransmisores que compensan la presencia de hormonas del estrés, evitando el agotamiento.
El consumo de té de lavanda se ha vinculado con el alivio de una gran cantidad de afecciones o lesiones inflamatorias. Entre las principales se encuentran las derivadas del dolor de cabeza, fiebre, irritación de la piel, o artritis. Se cree que esto es posible gracias a que posee sustancias capaces de contrarrestar el estrés oxidativo causado por la inflamación.
Por sus propiedades calmantes, muchas personas prefieren tomar una infusión de lavanda antes de acostarse. Algunos expertos informan que incluso puede aliviar el insomnio y otros trastornos del sueño. Aunque aún se necesitan más estudios para probar este beneficio.
Un problema común entre muchas mujeres son los calambres en la parte inferior del abdomen antes o durante un período menstrual. Por suerte, el té de lavanda puede ayudar a eliminar esa incomodidad, ya que se han demostrado sus efectos analgésicos, que hacen que el cuerpo y la mente sean menos sensibles a los estímulos dolorosos.
A sus propiedades relajantes y antiinflamatorias se suman efectos digestivos, antisépticos, y sedantes, que, según ciertos estudios, ayudan a tratar problemas comunes, indigestión, reflujo, asma, o resfríos. Sin embargo, la evidencia científica que respalda esas bondades es insuficiente y se necesitan más estudios para corroborar sus efectos.
Hacer té de lavanda en casa es un proceso muy sencillo. Agrega 3 o 4 cogollos secos o frescos en una taza de té y vierte agua hirviendo. Deja reposar durante 5 minutos (puedes tapar la taza para mantener el vapor dentro, e infundir más el té). Finalmente, cuela y endulza con miel o cualquier sustituto del azúcar para agregar sabor.
A pesar de sus beneficios, el té de lavanda puede provocar ciertos efectos secundarios, especialmente si se lo prepara con grandes cantidades de lavanda. Entre los principales problemas que se registraron se encuentra dolor de cabeza, vómitos, irritación cutánea, estreñimiento y cambios en el apetito.
Por sus posibles efectos tóxicos, los expertos no recomiendan, o aconsejan que antes se consulte con un médico, el consumo de té de lavanda a mujeres embarazadas o en período de lactancia, personas que consuman medicamentos para reducir el colesterol, sedantes, analgésicos o anticoagulantes, y pacientes con sensibilidad cutánea.
Hasta contar con evidencia científica significativa proveniente de ensayos en humanos, las personas interesadas en utilizar terapias a base de hierbas y suplementos deben tener mucho cuidado. No abandones ni modifiques tus medicamentos o tratamientos, antes habla con el doctor sobre los potenciales efectos de las terapias alternativas o complementarias.
Base Exhaustiva de Datos de Medicamentos Naturales, Biblioteca Nacional 
de Medicina de EE. UU., Departamento de Agricultura de EE. UU., 
Instituto Nacional de Medicina Complementaria y Alternativa.
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