Si las fiestas te resultan dolorosas o emocionalmente abrumadoras, es bueno primero que nada que sepas que no estás solo. Simplemente eres otro ser humano sensible y único.
Para muchos, esta época del año amplifica recuerdos, expectativas y vulnerabilidades.
Vamos a desempacar esta “caja de emociones” una a una, y explorar cómo afrontarlas.
1. Duelo que resurge: la silla vacía
Las fiestas actúan como amplificadores de emociones. Iluminan con fuerza lo que (o quién) falta. Ya sea que hayas perdido a alguien recientemente o hace años, esta temporada suele reavivar el duelo.
Por qué duele
Los rituales recuerdan tradiciones compartidas
Fotos, canciones y olores despiertan memorias
Ver a otros con sus seres queridos intensifica la ausencia
Las expectativas de “alegría” chocan con tu realidad emocional
Cómo manejar esta emoción
Crea un ritual de recuerdo. Enciende una vela, cocina su plato favorito o escucha su música preferida.
Date permiso para sentir. El duelo no se contradice con la temporada festiva. Es un testimonio del amor.
Di no a tradiciones que duelan demasiado. Puedes saltarte eventos o crear alternativas menos “fuertes”.
Comparte recuerdos con alguien de confianza. Contar historias hace que su presencia se sienta más cercana.
2. Recuerdos de la Infancia: cuando el pasado invade el presente
Incluso si tu vida actual es muy distinta, las fiestas pueden “colocarte” de nuevo ante experiencias tempranas, tanto felices como dolorosas.
Por qué duele
Las fiestas despiertan nostalgia ligada a patrones infantiles
Viejas heridas de pertenencia, seguridad o afecto pueden resurgir
Puedes caer en roles que jugabas creciendo
Las reuniones familiares desencadenan dinámicas que ya superaste
Cómo manejar esta emoción
Observa si estás “viajando en el tiempo emocional”. Pregúntate: “¿Esta emoción es actual… o viene del pasado?”
Crea nuevas tradiciones que reflejen quién eres hoy. Debes saber que no estás obligado a repetir el pasado.
Mima a tu niño interior. Haz algo que tu yo pequeño habría disfrutado: manualidades, películas acogedoras, un dulce favorito.
Limita la exposición a ambientes “detonantes”. Puedes pasar las fiestas en un lugar donde te sientas seguro y respetado.
3. Presión social: El mito de las fiestas perfectas
La temporada llega con un guión culturalmente predeterminado: felicidad, romance, armonía familiar, casas impecables, regalos perfectos.
Este guión es imposible, y tratar de seguirlo genera un dolor silencioso.
Por qué duele
Compararte con imágenes idealizadas
Sentir presión por estar alegre, aunque no lo estés
Miedo a decepcionar a otros
Estrés financiero
Cómo manejar esta emoción
Reescribe tu propio guión festivo. Elige lo que tú quieres que represente la temporada: descanso, simplicidad, reflexión, conexión… o nada.
Reduce la exposición a las comparaciones. Haz una pausa de Instagram o silencia cuentas que publiquen mucho contenido navideño.
Prioriza gestos significativos, no costosos. La conexión, no el precio, crea calidez real.
Practica la honestidad emocional. No necesitas fingir perfección. “Tendré unas fiestas tranquilas este año” es suficiente.
4. Conflicto familiar: La olla a presión de la temporada
Para algunos, las reuniones familiares son enriquecedores y esperadas. Para otros, son campos minados.
Por qué duele
Vuelven a aparecer patrones antiguos
Tensiones por valores o política
Expectativas de unión pese a conflictos no resueltos
Sentirte obligado a asistir a eventos que te drenan
Culpa relacionada con poner distancia o límites
Cómo manejar esta emoción
Establece límites antes del evento. Decide qué temas no discutirás, cuánto tiempo te quedarás y qué apoyo necesitas.
Ten un plan de escape. Ve en tu propio transporte, coordina con un amigo o programa un “compromiso” que te permita retirarte.
No caigas en la provocación. No todos los comentarios requieren respuesta. “Te escucho” o “Cambiemos de tema” funcionan.
Elige tu familia de forma intencional. Si la familia biológica es difícil, pasa las fiestas con la familia elegida: amigos, pareja o incluso contigo mismo.
La temporada de fiestas no es igual para todos. Para algunos es hermosa. Para otros, complicada, dolorosa o agotadora.
Tu experiencia emocional es válida, aunque no coincida con la narrativa cultural o social.
En lugar de forzar la alegría, puedes convertir esta época en una oportunidad para:
Reconocer tu verdad emocional
Practicar ser considerado contigo mismo y con tus sentimientos
Crear rituales nuevos y auténticos
Dejar ir lo que ya no te sirve
Mereces una temporada que no duela, aunque eso signifique reinventarla parcialmente… o por completo.