Bruni Montenegro
- Sub Gerente de Servicios/ Nuevos Negocios
- Pan-American Life Insurance de Panamá
“El 30 de octubre de 2010 a las 8:35 p.m., recibí una llamada telefónica de parte del Dr. Pablo Durán que cambió por completo mi vida. El doctor me dijo lo siguiente: el resultado de la biopsia marcó positivo. Tienes una lesión maligna en la mama y la debemos estudiar.
En ese momento yo tenía 2 meses y medio de haber iniciado labores en el entonces Alico y las edades de mis hijas eran de 9 y 13 años, tenía planes para ir a Disney en enero y había pagado el primer cuatrimestre en la Universidad Latina para tomar una maestría en Recursos Humanos. Estaba perfectamente organizada para lograr mis objetivos, pero todo eso cambió.
El cielo se me vino encima. Recuerdo que esa noche no dormí dándole la vuelta a un solo pensamiento: ¿cuánto me queda de vida? ¿Qué pasará con mis hijas si pierden a su madre siendo tan pequeñas?
Me operaron el 15 de diciembre de ese año y ese día decidí iniciar una batalla frontal y sin tregua contra el cáncer: 9 meses de quimioterapia, 2 meses de radioterapia, perdí mi cabello, las cejas, las pestañas, algunas uñas, no podía estar en público, comía solamente vegetales y carnes blancas; no podía besar a mis hijas por buen tiempo ya que el sistema defensivo se va al suelo y hay que ser cuidadosos, tengo 4 cicatrices que son mis trofeos de guerra más preciados y cuando las miro, lejos de entristecerme las agradezco porque me recuerdan lo bienaventurada que he sido.
La Batalla Continúa
La batalla es constante, hay que hacerse exámenes cada 3 meses, centelleos y resonancias magnéticas cada 6 meses y tomar un medicamento por 10 años, cuyos efectos secundarios me han afectado otros órganos, es una batalla diaria. Pero estoy viva y es motivo suficiente de celebración. Bendito sea Dios que soy de ese grupo inmenso de mujeres que pueden contar su historia y seguir adelante, por el otro lado, he conocido mujeres que infortunadamente no han librado la batalla y les hemos tenido que dar el último adiós. La principal razón es porque se dieron cuenta muy tarde de que tenían un tumor maligno.
Te cuento todo esto porque no quisiera que tu fueras una de ellas, por eso te invito a que aproveches la oportunidad que tenemos como colaboradoras y aseguradas de PALIG de hacernos la mamografía a costo mínimo y en los mejores centros médicos. Esto no tiene precio y debe ser una prioridad para ti. Preocúpate de que tu madre, abuela, hijas, hermanas se animen a evaluarse, los Hospitales Estatales también dan facilidades, sobre todo en este mes.
He trabajado en la industria de seguros desde hace 35 años y he promovido el concepto de prevención y cuidados de la salud a los asegurados que me ha tocado atender en todo este tiempo, por supuesto pensé que nunca me tocaría estar en esta situación, pero, ¿saben qué?: el cáncer no discrimina. Todas somos víctimas, mientras tengamos glándulas mamarias somos vulnerables a esta terrible enfermedad.
Por eso es importante la prevención, la mamografía y la revisión personal son las únicas herramientas que tenemos para detectarlo a tiempo. No le tengas miedo al resultado porque en el peor de los escenarios hay esperanza de un tratamiento que te prolongue la vida. Yo soy testigo de eso.
Soy Feliz y agradecida y desde hace 5 años esta es mi carta de presentación: Mi nombre es Bruni Montenegro y soy sobreviviente de cáncer de mama”.