Entre tamales, arroz, postres y vino espumante, muchas personas —con o sin diabetes— se preocupan por cómo estas fechas puedan afectar su azúcar en la sangre.
Especialistas en salud coinciden en que no se trata de prohibirse alimentos, sino de encontrar un equilibrio que permita disfrutar las fiestas sin descuidar el bienestar y sin necesidad de tener que correr al médico en enero.
Los siguientes son consejos de especialistas para que las Fiestas no agreguen preocupaciones de salud a la agenda ya compleja del final de un ciclo.
Comer con sabiduría, no con culpa
Saltarse comidas para “hacer espacio” antes de una gran cena puede resultar contraproducente. Estar horas sin probar bocado suele provocar hambre y comer en exceso más tarde, lo que puede causar picos de azúcar en la sangre.
Nutricionistas recomiendan empezar las comidas con alimentos ricos en proteína y fibra —como pavo, pescado, frijoles, huevos o verduras— porque ayudan a que el azúcar se absorba más lentamente. Una guía sencilla es el “método de El Plato”: la mitad del plato con verduras, una cuarta parte con proteína y la otra cuarta parte con arroz, papas, pan u otros carbohidratos.
Dulces: cuándo y cuánto
Los postres forman parte de muchas tradiciones familiares. La recomendación no es eliminarlos, sino consumirlos con moderación. Comerlos después de una comida balanceada, en lugar de hacerlo con el estómago vacío, puede ayudar a evitar aumentos bruscos del azúcar.
Elegir un solo postre favorito y disfrutarlo con calma suele ser mejor que probar un poco de todos, lo que seguramente agregaría más azúcar al organismo.
Comer, pero moverse
La actividad física es una de las formas más efectivas de controlar el azúcar en la sangre. Y para esto no es necesario ir al gimnasio: una caminata de 10 a 20 minutos después de comer puede marcar una gran diferencia.
Bailar en una fiesta, ayudar en la cocina, limpiar después de la comida o jugar con los niños también cuentan como movimiento y benefician a la salud en general, lo que incluye al azúcar.
Controlar las bebidas
Las bebidas pueden ser una fuente oculta de azúcar. Refrescos, aguas muy endulzadas, ponches y cócteles pueden elevar rápidamente los niveles de glucosa.
Los expertos sugieren alternar las bebidas alcohólicas con agua natural o agua mineral y evitar beber alcohol con el estómago vacío, ya que puede provocar cambios impredecibles en el nivel del azúcar en la sangre.
Comer sin estrés
Un poco de planificación puede hacer las fiestas más llevaderas. Comer un refrigerio pequeño y balanceado antes de llegar a una reunión ayuda a no llegar con demasiada hambre. Llevar un platillo más saludable para compartir garantiza que haya al menos una opción adecuada.
También es útil decidir de antemano qué alimentos realmente valen la pena disfrutar.
Hábitos y consistencia
Para quienes monitorean su azúcar en la sangre, revisarla con mayor frecuencia durante las Fiestas puede ayudar a identificar patrones y hacer ajustes necesarios. Dormir poco y el estrés de la vida diaria también influyen negativamente en los niveles de azúcar, por lo que descansar bien es clave.
Por último, hay que recordar que la conducta al comer es un hábito que hay que construir a lo largo del tiempo. Las Fiestas pueden resultar un desafío, pero no necesariamente deben ser un motivo para abandonarlos.
Fuentes consultadas: MyPlate (USDA), Asociación Americana de Diabetes, Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y del Riñón de Estados Unidos.