Por años comer
carne era considerado saludable y tenía cierto prestigio Más allá de esto algunas
investigaciones han resaltado que una
alimentación basada en plantas presenta mayores beneficios para la salud cardiovascular que una dieta saludable que incluye carne.
Entre los beneficios que se encontraron es que los que comieron una dieta vegana saludable tuvieron una disminución del
colesterol malo o LDL, insulina en ayunas y menor peso, en comparación con los que tuvieron una dieta omnívora.
Alimentación basada en plantas y menor riesgo de enfermedades cardiovasculares
Algunos
estudios han encontrado que las dietas veganas se asocian a la salud cardiovascular y disminuyen el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Así mismo, ayudan a tener un
menor peso corporal.Las dietas veganas tienden a ser altas en vegetales, frutas, legumbres, granos enteros y nueces. Por lo que tienen mayor fibra, vitaminas, minerales y fitonutrientes.
Cuando es necesario un suplemento
Si mantienes una dieta vegana o
vegetariana, tal vez requieras consumir un suplemento de vitamina B12, calcio, zinc, hierro, ácidos grasos omega‑3 y un suplemento de proteína en algunos casos.
Consulta con tu nutricionista o médico para un plan de alimentación personalizado y para un suplemento en caso necesario para evitar una deficiencia.
Tendencia a comer menos carne, sin ser totalmente vegetariano o vegano
Incluso podría haber mejoras en la salud cardiovascular al reducirse el consumo de carne, según algunos
estudios.
Puedes reducir la frecuencia que comes carne a dos o tres veces por semana.
Reducir las raciones de carne a 150 g (5 oz).
Combinar más vegetales o granos enteros con la carne para preparaciones más equilibradas.
Incluir en tu dieta más alimentos que son fuente de
proteína vegetal.
Empezar a consumir y preparar platos vegetarianos un día o dos a la semana.
Una
dieta basada en plantas debe estar equilibrada. Incluir frutas, vegetales, granos enteros, nueces y fuentes de proteína vegetal. Y consumir menos productos que contengan grasas saturadas, azúcar y carbohidratos refinados.
Este artículo fue producido por la licenciada en Nutrición Gloria Rabell.
Fuentes consultadas: Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU., Clínica Mayo.