La Asociación Médica Estadounidense (AMA) ha adoptado una política que apoya las dietas basadas en plantas, el ejercicio y otros cambios en el estilo de vida para reducir el riesgo de cáncer de mama.
La AMA anima a los médicos a educar a sus pacientes sobre estas medidas, ya que se ha demostrado que las dietas saludables basadas en plantas, la actividad física regular y limitar el consumo de alcohol reducen el riesgo de que se desarrolle este cáncer.
Las investigaciones indican que una dieta saludable basada en plantas se asocia con un menor riesgo de cáncer de mama, en particular las formas más agresivas.
Aunque es sabido que los hábitos de vida son centrales en la prevención de todo tipo de enfermedades, pocas veces las entidades médicas avalan o apoyan de manera oficial una alimentación o un hábito determinado como una forma de luchar contra una enfermedad específica. Por eso, estas recomendaciones recientes de la AMA se consideran un precedente.
La decisión de publicar recomendaciones provino de un comité de la AMA que congrega a 17.000 médicos.
Esta acción se produce después de que una encuesta nacional estadounidense mostrara que, aunque la mayoría de las mujeres conocen las formas de detectar el cáncer de mama a través de la mamografía y el autoexamen, solo el 28% conocía los factores dietéticos que pueden reducir el riesgo de desarrollar cáncer de mama en primer lugar.
Qué es una dieta basada en plantas
Los patrones de alimentación basados en plantas o con predominio de plantas se centran en alimentos principalmente vegetales. Esto incluye no solo frutas y verduras, sino también frutos secos, semillas, aceites, cereales integrales, legumbres y legumbres.
Esto no significa que seas vegetariano o vegano y que nunca comas carne ni lácteos. Más bien, estás eligiendo proporcionalmente más alimentos de origen vegetal.
Una de las dietas basada en plantas más popular es la
dieta mediterránea.
Los 10 principios de esta dieta son:
Usar aceite de oliva como principal fuente de grasas añadidas.
Comer muchas frutas y verduras, legumbres y frutos secos.
El pan y otros productos con cereales y granos deben formar parte de la dieta diaria.
Los alimentos que han tenido un procesamiento mínimo o que son frescos y producidos localmente son los mejores.
Consumir diariamente productos lácteos, principalmente yogurt y queso.
La carne roja debe consumirse con moderación, de ser posible como parte de guisados y otras recetas.
Consumir pescado en abundancia y huevos con moderación.
La fruta fresca debe ser el postre de todos los días. Los postres lácteos, dulces y pasteles solo en ocasiones.
El agua es la bebida por excelencia en la dieta mediterránea.
Mantenerse físicamente activo todos los días es tan importante como alimentarse bien