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Dolor en la espalda y el cuello / Cerebro y sistema nervioso
El dolor de espalda no debe controlar su vida. Déjelo atrás
25 de octubre 2024
Tiempo estimado de lectura: 6m
El dolor de espalda no debe controlar su vida. Déjelo atrás

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Para la gente que lo padece, la molestia más grande es, sin duda, la sensación física. En muchos casos el dolor es tan severo que las personas no pueden siquiera hacer tareas de la casa o participar en las actividades que aman. Pero la segunda queja es la dificultad de entender la causa del dolor y encontrar tratamientos que alivien, de una vez por todas, esta condición tan común y tan esquiva.
Esta frustración, curiosamente, se debe más al exceso y no a la escasez de información, lo cual no deja de ser una buena noticia. Solo se trata de dedicarle un poco de atención a nuestros cuerpos para identificar el origen del dolor, y después evaluar los mejores tratamientos. El ejercicio y la fisioterapia aparecen hoy como las principales apuestas contra el dolor; la cirugía y los calmantes fuertes, como los medicamentos opiáceos, como los últimos recursos. Recordemos que cada vez hay más estudios que apoyan alternativas menos peligrosas y hasta más eficaces.

¿Dónde nos duele, cuándo, y por cuánto tiempo?

En general cuando hablamos de “dolor de espalda” nos estamos refiriendo a la espalda baja o lumbar, la zona de dolor más común y la principal causa de discapacidad en el mundo, según un estudio de la Organización Mundial de la Salud. Pero también hay gente que sufre de dolor de espalda alta (dorsal) o en el cuello (cervical).
El dolor de espalda se considera crónico si dura más de tres meses o si empeora durante este tiempo, y agudo si aparece de pronto y se resuelve en pocas semanas. También hay que tener en cuenta en qué momento de la vida aparece el dolor, ya que la edad conlleva muchos cambios en la columna y aumenta la probabilidad de desarrollar ciertas condiciones. Por ejemplo, después de los treinta años, los discos intervertebrales (pequeños cartílagos que separan las vértebras de la columna) comienzan a degenerarse y su capacidad de amortiguamiento disminuye.
Los adultos mayores, sobre todo las mujeres, tienen un riesgo más alto de osteoporosis, una condición que debilita los huesos y puede hacer que las vértebras sufran desgaste y fracturas. Tanto la enfermedad degenerativa de disco como la osteoporosis y otras enfermedades generalmente asociadas con la edad, como la artritis, pueden estar detrás de su dolor de espalda.
Las causas más frecuentes del dolor de espalda son los esguinces y torceduras. Estas lesiones se deben a traumatismos muy variados, desde un mal movimiento hasta un accidente de automóvil, en los cuales se lastiman los músculos o los tendones. Los síntomas de un esguince o torcedura incluyen rigidez, tensión, y espasmos musculares, y en la mayoría de los casos desaparecen solos, con el tiempo. Es por eso que a menos de que el médico lo considere una urgencia, los expertos recomiendan esperar entre 4 a 6 semanas desde que empezó el dolor para hacer una tomografía, resonancia magnética (RMN), o radiografía, dado que estos son estudios caros que en muchos casos no son necesarios ni aportan información para un diagnóstico.

¡Ayyy...! Los nervios pinzados

Las complicaciones en los discos intervertebrales no se limitan a las personas mayores. De hecho, una herida en los discos puede ocurrir a cualquier edad, ya sea por un accidente o un mal esfuerzo. Cuando un disco se lastima o se deteriora, puede desplazarse fuera de su lugar y comprimir la médula espinal, una parte esencial del sistema nervioso.
Seguramente ha oído hablar de este tipo de desplazamiento de disco con el término “hernia discal.” Las hernias no siempre son dolorosas. De hecho, se estima que uno de cada cuatro adultos muestra hernias de discos en una tomografía o resonancia magnética, pero no todos ellos las sienten. Ahora, cuando las hernias sí son dolorosas, los síntomas pueden ser insoportables, caracterizados por la ciática (dolores que se irradian hacia las extremidades y que causan hormigueos en las piernas y los glúteos) y el dolor agudo e intenso en la espalda.
La estenosis espinal es otra condición que causa comprensión de los nervios de la médula. La columna se hace más estrecha y ciertas partes presionan sobre los nervios. Es más común en personas de más de 50 años, pero también existen casos de personas que nacen con un canal medular más estrecho de lo que se considera normal y desarrollan estenosis a temprana edad.
Los pinzamientos de nervios que ocurren con la estenosis o las hernias ocupan el segundo lugar en la lista de las causas más comunes de dolor de espalda, según un informe especial de la Escuela de Medicina de Harvard.

¿Dónde está el alivio?

DIríamos que en algo tan sencillo como el movimiento.
La cirugía, en general, se debe reservar para situaciones extremas y serias que ponen la vida en riesgo—por ejemplo, cuando se diagnostica un tumor medular o hay una lesión grave, como una fractura de la columna vertebral. En la mayoría de los casos, vemos que el dolor de espalda se debe a causas comunes e inocuas, aunque eso no significa que sea menos molesto y debilitante. El dolor de espalda está entre las condiciones músculo-esqueléticas que la Organización Mundial de la Salud señala como perjudiciales para la calidad de vida, porque limitan la movilidad y conducen a un retiro o jubilación anticipados u otras situaciones que reducen los ingresos de una persona.
¿Qué podemos hacer para aliviar o curar el dolor de espalda? El tratamiento es distinto dependiendo del tipo de dolor, agudo o crónico.
  • Para el dolor de espalda agudo, causado por ejemplo por una lesión lumbar, se recomienda aplicar hielo o una compresa fría inmediatamente y usar calor después de las 48 horas, para ayudar a relajar los músculos. Cuando este tipo de dolor finalmente desaparece, lo más importante es enfocarse en la prevención: no repetir el mismo esfuerzo o movimiento que nos lastimó.
  • Pero para el dolor crónico, es necesario tener un plan de largo plazo. Este incluye, fundamentalmente, el ejercicio. Aunque suele ser tentador quedarse en cama cuando nos sentimos mal, la actividad física es el mejor tratamiento para casi todas las personas que sufren de dolor de espalda. Al fortalecer los músculos, mejoramos el alineamiento de la columna y ayudamos a sostener la espalda. Los ejercicios aeróbicos de bajo impacto, entre ellos la natación y el ciclismo, combinados con estiramientos diarios son los más recomendados.
En todos los casos, no se debe subestimar el valor de estirar los músculos, dado que no solo ayudan a aliviar el dolor sino también a prevenir lesiones y heridas en el futuro. También hay otras terapias y actividades que ayudan a las personas de distintas maneras: yoga, Pilates, masajes, y acupuntura, entre muchas otras. Tengamos en cuenta que algunas, como los masajes y la fisioterapia, a veces están cubiertas por el seguro médico.
El dolor de espalda no tiene por qué afectar nuestra calidad de vida, pero el precio que paguemos por el alivio no debe poner en juego otros aspectos de nuestra salud.

Fuentes:

Harvard Medical School Special Reports:Finding solutions for your aching back”
World Health Organization (WHO), “Musculokeletal Conditions
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