Los complejos roles del colesterol 

23 sep. 2022

El bueno, el malo y el no tan malo, los complejos roles del colesterol

Tiempo de lectura: 5 minutos

De una manera muy simple las personas aprenden que hay un colesterol bueno, el HDL, que combate el colesterol malo o LDL. Las partículas de HDL “patrullan” los vasos sanguíneos, quitan el colesterol de las partículas de LDL y de la placa que recubre las paredes de las arterias y llevan su carga de grasa al hígado para su eliminación. Pero la historia es bastante más compleja. 

El colesterol, un lípido ceroso de color amarillo pálido, es un tipo de grasa esencial para la vida, que debe mantenerse a un buen nivel ya que su presencia excesiva en el organismo puede afectar la salud. El colesterol es el componente principal de las membranas celulares y sus múltiples “tareas” abarcan desde la construcción de tejidos hasta la regulación de las hormonas y el procesamiento de la vitamina D. 

El colesterol puede ser el mejor amigo del ser humano, o su peor enemigo. Todo depende de los niveles que circulen en el organismo. En su justa cantidad, realiza su trabajo para que el cuerpo funcione, pero si hay demasiado en sangre, se puede combinar con otras sustancias y formar una placa, que con el tiempo puede pegarse a las paredes de los vasos sanguíneos. Esta acumulación se denomina arterioesclerosis y la afección que causa se llama enfermedad de las arterias coronarias. 

Hombre de mediana edad con un suéter azul mirando la sección de comida fría en la tienda de comestibles

Si no se previene esta acumulación, la enfermedad coronaria puede generar coágulos, insuficiencia cardíaca y arritmias. También aumenta el riesgo de accidente cerebrovascular. En palabras simples, el corazón y las arterias empiezan a ser disfuncionales, y la vida puede estar en peligro. 

Aunque hay un componente genético que determina los niveles de colesterol de un individuo, el camino para regularlo incluye la vida sana, la dieta, el ejercicio y mantener un peso saludable.  Recientemente, una nueva investigación podría incorporar otro tratamiento potencial descubierto en el mismo cuerpo humano: las bacterias intestinales. Se trata de las bacterias “buenas” que viven justamente en el intestino,y con las que se ha logrado equilibrar el colesterol en ratones de laboratorio. 

Mientras la ciencia investiga y trabaja sin pausa para desarrollar nuevos tratamientos que controlen el colesterol, todavía hay cuestiones básicas que es necesario explicar o aclarar para comprender de manera cabal la importancia de esta sustancia vital. 

Las caras del colesterol

El propio cuerpo produce casi todo el colesterol que necesita, siendo el hígado la fábrica principal. Pero esta grasa también se encuentra en alimentos de origen animal, yema de huevos, carnes y quesos. En ambos casos, el colesterol está compuesto por: 

  1. Lipoproteínas de alta densidad. Conocido como HDL (high-density lipoproteins)  o colesterol “bueno” porque transporta el colesterol sobrante de vuelta al hígado para su eliminación. 
  2. Lipoproteínas de baja densidad. Conocido como LDL (low-density lipoproteins) o colesterol “malo” porque es el que en niveles altos lleva a la acumulación de placa arterial. 
  3. Lipoproteína de muy baja densidad. Conocido como VLDL (very low density lipoprotein), a veces también se la llama “malo” porque cumple un rol en el proceso de la arterioesclerosis. Las partículas de VLDL llevan triglicéridos, otro tipo de grasa, a los tejidos, y también estaría vinculado con el proceso de la ateroesclerosis. No existe una forma simple y directa de medir el colesterol VLDL, por lo que normalmente no se menciona durante una prueba de detección de rutina.   

En los Estados Unidos, y en muchos otros países, el nivel de colesterol se mide en miligramos. Tener un nivel total de colesterol de menos de 200 mg es ideal. Entre 200 mg y 239 mg se considera en el límite superior; mientras que más de 240 mg se define como colesterol alto. Las pruebas de sangre que analizan los niveles de colesterol, también lo desglosan por HDL, LDL y VLDL, por lo cual la persona puede conocer en detalle si todo está bien, o hay un número que es una alerta. 

Se recomienda realizarse el primer análisis de colesterol entre los 9 y 11 años, y luego cada cinco años, en tanto los números permanezcan en el rango normal. 

Factores de riesgo evitables

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En América Latina y el Caribe, los niveles bajos de HDL o colesterol bueno son el trastorno lipídico más común, según muestra una investigación publicada en eLife, lo cual contribuiría a la alta incidencia de enfermedades cardiovasculares, responsables de la mayoría de las muertes de hombres y mujeres en la región. 

Hay muchas razones por las que algunas personas tienen HDL bajo y otras tienen un HDL alto. Los genes parecen desempeñar el papel más importante al determinar cuánto colesterol bueno produce el cuerpo y la proporción de diferentes subtipos. 

Pero el estilo de vida también afecta los niveles de HDL. Fumar, tener sobrepeso y la falta de actividad física tienden a reducir ese colesterol. Lo mismo ocurre con una dieta rica en carbohidratos refinados (pan blanco, azúcares). 

Como en tantas otras afecciones, para que los dos tipos de colesterol se mantengan en el nivel que el cuerpo necesita, los especialistas recomiendan persistir con los buenos hábitos de vida: 

  1. Mantener un peso y una dieta saludables, rica en verduras y baja en azúcares y grasas. 
  2. Ejercitar regularmente, incluso la actividad simple como una caminata larga, ayuda muchísimo 
  3. No fumar, o dejar de hacerlo 
  4. No excederse con el alcohol 

Cuando los hábitos saludables no alcanzan

Ahora bien, es posible que una persona adulta, especialmente después de los 40 años dado que la edad también es un determinante, necesite la ayuda de medicación para mantener un nivel saludable de colesterol. Entre los medicamentos más populares se encuentran: 

  • Las estatinas, que impiden que el hígado produzca colesterol. 
  • Secuestrantes de ácidos biliares, que disminuyen la cantidad de grasa que se absorbe por el consumo de alimentos. 
  • Inhibidores de la absorción de colesterol, que bajan la cantidad de colesterol que proviene de los alimentos y reducen los triglicéridos (un tipo de grasa que se encuentra en la sangre) 
  • Ácido nicotínico (niacina), que reduce el colesterol malo (LDL) y los triglicéridos, y aumenta el colesterol bueno (HDL). 
  • Inhibidores de la PCSK9, que bloquean una proteína llamada PCSK9. Esto ayuda al hígado a remover y eliminar el colesterol malo de la sangre. 
  • Fibratos, que reducen los triglicéridos. También pueden aumentar el colesterol bueno (HDL). 
  • Medicamentos combinados, que incluyen más de un tipo de fármaco para bajar el colesterol. 

En todos los casos, es crítico tener una cita con un médico de atención primaria, que ordenará las pruebas necesarias y recetará el medicamento adecuado. Esto es muy importante, para determinar la combinación correcta en caso de ser necesario, y para evitar interacciones con otras medicinas que podrían desencadenar efectos secundarios de cuidado. 

A esta lista podría agregarse en un futuro cercano el uso del microbioma, o las bacterias intestinales mencionadas anteriormente, un grupo de gérmenes buenos llamados bacteroides, que produce el mismo cuerpo y que ya están asociados al proceso alimentario. Un camino que la ciencia está comenzando a investigar y que tiene como eje al propio cuerpo humano como potencial fábrica de medicamentos. 

Recuerde, siempre consulte con su médico o profesional de la salud para determinar las mejores opciones para su cuerpo y su salud y para responder cualquier pregunta que pueda tener sobre cualquier asunto médico.

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